Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Ya se exhibe en salas **Wicked: Parte 2**, el acto final de la traslación fílmica del aclamado musical de Broadway, basado a su vez de forma libre en la novela de Gregory Maguire. La cinta, que reinterpreta el universo de El maravilloso mago de Oz desde la perspectiva de sus dos hechiceras más célebres, sitúa la trama de forma paralela a los sucesos del relato canónico de L. Frank Baum y su adaptación cinematográfica de 1939, desvelando así vínculos cruciales entre los mitos de Oz.
El desenlace arranca con un Oz convulso donde Elphaba (Cynthia Erivo), ya estigmatizada como la Bruja Mala del Oeste, vive oculta liderando la revuelta contra la administración del Mago. Por su parte, Glinda, convertida en la Bruja Buena del Norte, se ha erigido en un icono mediático y referente del sistema, aunque se siente cada vez más incómoda con la narrativa oficial.
En esa estructura de engaños y manipulación institucionalizada colaboran Madame Morrible (Michelle Yeoh), rectora de la Universidad de Shiz y principal figura ideológica del Gobierno, y, por supuesto, el Mago de Oz (Jeff Goldblum), un gobernante farsante que mantiene su dominio mediante el temor.
También son víctimas de este entramado Fiyero (Jonathan Bailey), antiguo príncipe despreocupado que se transforma en fiel compañero de Elphaba; Nessarose (Marissa Bode), hermana de Elphaba y futura Bruja Mala del Este; y Boq (Ethan Slater), joven habitante de Munchkinland enamorado de Glinda, cuya desdicha personal lo acaba enlazando con la leyenda clásica.
El segmento conclusivo inicia con la aparición de Dorothy (Bethany Weaver), la niña llegada desde Kansas. Morrible desata un ventarrón que transporta la casa de Dorothy a Oz, haciéndola caer sobre Nessarose, provocando su aplastamiento y muerte. El percance reproduce el comienzo de El mago de Oz y convierte a Dorothy en poseedora de los zapatos encantados, las famosas zapatillas de rubí, que toma tras la desaparición de la bruja. Glinda, siguiendo la historia tradicional, la guía por el sendero de adoquines amarillos hacia la Ciudad Esmeralda.
Elphaba llega poco después al lugar para lamentar la pérdida de su hermana y tiene un breve cruce de palabras con Glinda, pero el altercado se ve interrumpido cuando Fiyero aparece para auxiliar a Elphaba frente a los soldados del Mago. Ella logra escapar, pero él permanece atrás y es apresado a pesar de las súplicas angustiadas de Glinda.
Convencida de que la vida de Fiyero corre peligro, Elphaba recurre al Grimorio, el volumen de conjuros vetados, y ejecuta un hechizo durante su intensa interpretación de “No Good Deed” con el que intenta salvarlo. El resultado, tal como en el musical, es que Fiyero no sucumbe, sino que es transformado en el Espantapájaros que más tarde acompañará a Dorothy en el relato conocido.
Entretanto, la persecución contra Elphaba se intensifica. Secuestra a Dorothy con ayuda de sus simios voladores para recuperar los zapatos de Nessarose, pieza central del aparato de poder en Oz. A la caza de la bruja se suma Boq, quien antes había sido convertido en el Hombre de Hojalata cuando Elphaba intentó salvarlo de un maleficio fallido de Nessarose.
Dándose cuenta de que no puede sustentar más la impostura política, Glinda se escurre del palacio y va a encontrar a Elphaba. Aquel encuentro culmina en el dúo “For Good”, núcleo emotivo del desenlace donde ambas reconocen que su vínculo las ha transformado para siempre, si bien sus caminos deban separarse.
Elphaba declara que se entregará para frenar la violencia y pide a Glinda que mantenga su rol público para resguardar Oz desde adentro. En este contexto, Elphaba desliza una frase ambigua sobre Fiyero, lo que induce a Glinda a pensar que él ha fallecido, cuando en realidad su ausencia es parte de la estrategia para mantenerlo a salvo.
Acto seguido, se produce una de las secuencias más emblemáticas del largometraje. Dorothy, acorralada en el castillo Kiamo Ko, vierte un cubo de agua sobre Elphaba y, ante los ojos de Oz, la Bruja Mala del Oeste se disuelve tal como en el cuento popular. Dorothy se marcha junto al Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León Cobarde, este último presentado aquí como el cachorro liberado por Elphaba y Fiyero en la primera película, que ha madurado hasta convertirse en el león de la fábula.
No obstante, la película desvela la verdad inmediatamente al espectador. Tras la partida de todos, el Espantapájaros abre una trampilla oculta y revela que el personaje de Cynthia Erivo no ha perecido, sino que ha simulado su desintegración con el agua para romper el mito y permitir que Glinda reordene el país sin ella como objetivo.
Fiyero, ya definitivamente transformado en Espantapájaros, se reencuentra con Elphaba y deciden emprender una huida juntos hacia un paraje desconocido más allá de los límites de Oz. Glinda no llega a enterarse, manteniéndose inalterada la versión oficial que la consolida como líder.
El remate político y simbólico sella el giro narrativo. Glinda descubre en el sitio de la supuesta muerte de Elphaba una botella de cristal verde, la misma que en la primera entrega se vinculaba con la madre de Elphaba, e infiere que el Mago bebió de un envase similar. Esto confirma que él es el progenitor biológico de Elphaba y explica el origen de su poder. Con este secreto, Glinda fuerza al Mago a dejar Oz en globo aerostático y envía a Morrible a reclusión por sus fechorías. Luego regresa a Munchkinland para anunciar públicamente el deceso de la Bruja Mala del Oeste y narrar la historia de su amistad, convertida ahora en leyenda.
La última pincelada, de carácter más íntimo, introduce una chispa de esperanza para Glinda cuando el Grimorio se abre frente a ella, lo que sugiere que el personaje de Ariana Grande también posee facultades mágicas propias. Poco después, el filme concluye con un retroceso a los años en Shiz donde Elphaba, Glinda, Fiyero, Nessarose y Boq aparecen juntos en un campo de amapolas, evocando la pose del cartel inicial del musical.
Agregar Comentario