El encuentro cumbre del Grupo de los 20 en territorio sudafricano finalizó el domingo marcado por la notoria falta de Estados Unidos, nación que tomará el relevo en la presidencia del grupo, después de que la administración del presidente Donald Trump decidiera no asistir a las jornadas de diálogo que congregaban a mandatarios de las economías más potentes y economías emergentes del orbe.
El mandatario sudafricano, Cyril Ramaphosa, dio por terminada la asamblea en Johannesburgo al golpear un mazo de madera sobre una base, al modo que lo haría un magistrado, siguiendo una costumbre del G20.
El país con la mayor economía mundial optó por no participar en una cumbre cuyo propósito era congregar a países desarrollados y en vías de desarrollo, a causa de las declaraciones de Trump sobre una supuesta persecución violenta por parte de Sudáfrica hacia su minoría blanca afrikáner.
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