El experto en Economía y Gestión de Políticas Públicas, Omar Herrera, presentó los progresos y las dificultades de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END), enfatizando su vínculo con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Herrera rememoró que la END surgió del marco de la Ley de Planificación de 2006 y fue construida mediante un proceso abierto que involucró a la sociedad civil, el ámbito académico y las agrupaciones políticas. “La estrategia fue el resultado primordial de nuestro esquema de planificación e inversión pública, un esfuerzo conjunto que reunió a miles de individuos en innumerables zonas”, indicó.
Revisión tributaria, requisito ineludible
El profesor universitario destacó que sin una modificación tributaria que asegure la suficiencia de fondos, resulta inviable discutir el desarrollo perdurable ni la consecución de la Agenda 2030. “Si no se realiza una reforma fiscal que brinde recursos suficientes, no podremos abordar el desarrollo sostenible ni el cumplimiento de la Agenda 2030”, recalcó.
Cuatro pilares de la END
La estrategia se organiza en cuatro grandes áreas:
Herrera admitió que, si bien se cubrieron bastantes aspectos, en ciertas materias se profundizó poco, particularmente en el área medioambiental, que requiere mayor detalle y actualización.
Vínculo con los ODS
Detalló que la END fue adaptada al marco de la Agenda 2030 tras su adopción en 2015. “Los objetivos de desarrollo sostenible inyectaron un nuevo ímpetu, aunque a la vez restaron algo de visibilidad a la estrategia nacional”, manifestó, subrayando la importancia de conservar ambos documentos como referencia.
Además, contrastó los Objetivos del Milenio (ODM) con los ODS: “Los ODM eran más sencillos y medibles; los ODS son más ambiciosos, globales y con propósitos interconectados. La colaboración internacional debe superar una óptica tutelar y centrarse en fortalecer las capacidades locales”.
Administración y articulación, asignaturas pendientes
Herrera recordó que en 2016 se estableció la Comisión de Alto Nivel para los ODS, con un firme apoyo político al inicio, aunque luego disminuyó su relevancia. “Actualmente, las metas de desarrollo sostenible se insertan en las planificaciones institucionales y presupuestarias, pero el desafío principal sigue siendo la gobernanza y la coordinación entre organismos”, concluyó.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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