El carcinoma prostático, el más común entre los hombres dominicanos, conlleva una dimensión emocional y social además del impacto físico.
Así lo señaló el oncólogo clínico Ramón Ulerio Reyes, quien indicó que muchos afectados necesitan soporte psicológico, guía profesional y apoyo familiar para enfrentar el diagnóstico y el tratamiento.
El experto advierte que esta afección cancerosa no solo atañe a varones mayores o con niveles elevados de PSA.
“Si bien la mayoría de los casos se detectan entre los 65 y 75 años, últimamente se observa un aumento en hombres de 40 a 50 años, vinculado a herencia genética, cambios en el modo de vida y mayor facilidad para acceder a pruebas de detección”.
Detalló que el cáncer de próstata puede ser asintomático en sus fases iniciales, pero descubrirlo a tiempo marca la diferencia entre un manejo simple y una enfermedad avanzada, por lo que subrayó que la detección temprana salva vidas y mantiene la calidad de vida.
El doctor Ulerio, integrante del staff médico del centro Oncología & Especialidades, con sedes en Santiago y Mao, compartió que esta dolencia es uno de los tumores malignos más frecuentes en varones, sobre todo a partir de los 50 años.
“Se origina en la glándula prostática, situada debajo de la vejiga y, aunque puede progresar sin generar síntomas, si se identifica en etapas iniciales logra altas tasas de recuperación”, recalcó.
Hizo hincapié en la necesidad de potenciar la formación preventiva y asegurar el acceso oportuno a evaluaciones diagnósticas.
Factores
El integrante de la Sociedad Dominicana de Oncología Médica (SODOM) destacó que varios elementos contribuyen al desarrollo de este padecimiento, como la edad, el historial familiar y la predisposición genética, especialmente mutaciones como BRCA2.
Asimismo, se ha documentado una mayor prevalencia en hombres de ascendencia africana por motivos biológicos y de acceso a servicios sanitarios, añadió, y puntualizó que se suman también aspectos modificables como el peso corporal, la dieta y la actividad física.
El especialista mencionó que, dado que el carcinoma prostático suele no dar señales en sus inicios, la sugerencia es empezar revisiones anuales de control a partir de los 40 años, sobre todo en individuos con factores de riesgo.
Con análisis de PSA (Antígeno Prostático Específico) y el examen de tacto rectal, los cuales, combinados, permiten identificar cambios tempranos, especificó que cuando existen dudas o resultados preocupantes, se complementa con ecografía prostática transrectal y resonancia magnética multiparamétrica, que ofrecen mayor certeza.
Aclaró que el diagnóstico definitivo se confirma solo con biopsia, y posteriormente, estudios de imagen como tomografía, resonancia o PET-CT con PSMA sirven para clasificar la afección y determinar el tratamiento más adecuado.
Tratamiento
El profesional, graduado magna cum laude en la UASD y con especialidad en Oncología Médica en el Instituto Nacional de Oncología y Radiología de La Habana, enfatizó que el manejo depende de la etapa y la agresividad del tumor, la edad y el estado general del paciente.
Aseveró que las opciones actuales comprenden vigilancia activa en casos de bajo peligro; operación mediante técnicas abiertas, laparoscópicas o robóticas; radioterapia de alta precisión; terapia hormonal; y en situaciones avanzadas, quimioterapia, inmunoterapia, radiofármacos e inhibidores de PARP.
Comentó que la elección terapéutica óptima se decide en juntas multidisciplinarias que reúnen a oncólogos, urólogos, radioterapeutas, psicólogos y otros expertos, garantizando un enfoque integral.
“En los últimos años, los avances han transformado el pronóstico del cáncer de próstata. La inteligencia artificial aplicada a la imagenología permite detectar tumores agresivos con mayor exactitud; biomarcadores moleculares como PCA3, PHI y 4Kscore ayudan a diferenciar entre neoplasias de bajo y alto riesgo; la cirugía robótica disminuye complicaciones como incontinencia o disfunción eréctil; y la radioterapia guiada por imagen minimiza efectos secundarios”.
También mencionó la medicina personalizada, sustentada en la genética y el perfil molecular, que evita terapias innecesarias y mejora la calidad de vida del enfermo.
El centro Oncología y Especialidades, donde labora Ulerio, se dedica a la detección temprana, el diagnóstico y la terapia del cáncer y otras áreas médicas. Instalado en Santiago y Mao, cuenta con un equipo médico multidisciplinario que ofrece atención integral, individualizada y basada en evidencia científica.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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