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Los chicos de Gaza regresan a colegios, aunque sin material escolar

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Las avenidas están aniquiladas, llenas de escombros (...) Es arduo y desalentador", relata Haji, ataviada con una playera desgarrada y pantalones remendados.

Con el propósito de mitigar el pesar anímico que han sufrido los infantes, Hinawi señaló que el centro educativo ha implementado nuevas formas de instrucción mediante dinámicas lúdicas.

Sin sus morrales, libros ni uniformes, Layan Haji, de 11 años, atraviesa los restos de Ciudad de Gaza y se dirige a una sala de clases improvisada, luego de que dos años de conflicto detuvieran su formación.

Mas, el recinto escolar es diferente a lo que conocía. Las paredes pintadas y las creaciones artísticas de los alumnos ya no decoran los pasillos; en su lugar, carpas instaladas en una estructura destrozada funcionan como aulas provisionales.

“Tardo al menos media hora en caminar. Las avenidas están aniquiladas, llenas de escombros (…) Es arduo y desalentador”, relata Haji, ataviada con una playera desgarrada y pantalones remendados. Pero “me alegra poder retomar mis estudios”, añade la joven, quien ya anhela ser doctora.

Haji es una de los 900 estudiantes que asisten a la escuela Al-Louloua al-Qatami, uno de varios establecimientos que han abierto sus puertas para que los niños reanuden su enseñanza por primera vez desde el inicio del enfrentamiento bélico entre Israel y Hamás.

“Carecemos de libros y libretas. Las bibliotecas fueron bombardeadas y arrasadas”, comentó Haji, residente de un campamento de desplazados en el sector de Tal al Hawa, en Ciudad de Gaza.

“No queda nada”, sentenció.

Un mes tras la entrada en vigencia de una frágil tregua, el organismo de la ONU dedicado a los refugiados palestinos (UNRWA) y la Secretaría de Educación de Gaza anunciaron el regreso paulatino de los alumnos a las aulas en áreas que no están sujetas a control militar israelí.

Said Sheldan, de 16 años, manifestó gran júbilo por poder asistir a clases ahora que la contienda ha cesado.

No obstante, “no tengo textos, cuadernos, plumas ni mochila. Faltan asientos, luz y agua, ni siquiera vías transitables”, puntualizó.

Antes de ir a la formación, Sheldan debe satisfacer necesidades más fundamentales. “Cada mañana debo ir a buscar agua y hacer cola para obtener pan”, explicó el adolescente, cuya familia ha sido reubicada “diez veces” y ya no posee “un techo”.

La directora Iman al Hinawi, de 50 años, indicó que el plantel espera dispensar útiles escolares y otros implementos sin costo alguno.

Pero advirtió que la guerra ha forzado a los muchachos de Gaza a asumir “faenas duras” para sostener a sus familias, sobre todo cuando el responsable del hogar ha perecido.

“Recolectan leña, hacen acopio de agua y se turnan para recibir víveres” en todo el territorio que la ONU ya declaró en estado de penuria alimentaria.

Reportas de AFP han presenciado momentos en que infantes, portando baldes plásticos, ollas abolladas o incluso solo platos, lloran y vociferan mientras se abren paso entre la multitud para conseguir alimentos.

Con el afán de abordar el malestar emocional que han sufrido los pequeños, Hinawi mencionó que el colegio ha adoptado nuevos enfoques de aprendizaje a través del juego.

Las jovencitas compiten con bailes para resolver operaciones matemáticas y otros chicos escenifican situaciones cómicas para declamar poemas del temario.

Sin embargo, Faisal al Qasas, gestor de la escuela Al-Louloua al-Qatami, señala que los niños están continuamente absorbidos por las colas para aprovisionarse de pan y agua.

El centro educativo, que ha organizado dos turnos para 900 alumnos, ahora emplea “actividades complementarias para atender el bienestar psicológico de los estudiantes”.

Según un análisis de la ONU, el 97% de los recintos escolares en Gaza sufrieron algún tipo de daño, incluyendo “impactos directos”, y la mayor parte requiere una renovación completa o una reparación significativa.

Las incursiones israelíes cobraron la vida de numerosos palestinos que se resguardaban en los colegios, sitios donde Israel alegaba que se ocultaban milicianos de Hamás.

Dado que las instituciones educativas también fungen como albergues para los desalojados, la UNRWA inauguró recientemente “espacios educativos provisionales”.

El mes pasado, el responsable de la agencia, Philippe Lazzarini, afirmó que más de 25,000 menores se sumaron a estos nuevos espacios y que cerca de 300,000 seguirían recibiendo instrucción en línea.

No obstante, esta cifra se mantiene por debajo de las estimaciones de la Secretaría de Educación, que calcula que hay más de 758,000 alumnos en la Franja.

En la comarca de Al Mawasi, al sur de Gaza, la entidad catarí Education Above All ha lanzado el programa “Reconstruyendo la Esperanza para Gaza”, buscando asistir a más de 100,000 estudiantes.

El plan incluye la provisión de útiles escolares, acceso a conectividad y energía, además de respaldo emocional.

Pero, aun con esa ayuda, una de las instituciones de la zona solo puede ofrecer cuatro asignaturas: árabe, inglés, aritmética y ciencias.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

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