Específicamente, un 80% de los consumidores indica que la música producida por IA debe llevar una etiqueta clara, y al 73% le gustaría saber si un servicio de reproducción musical recomienda temas creados enteramente con esta tecnología.
Al igual que en la generación de imágenes y video, las innovaciones en las capacidades de la inteligencia artificial (IA) han alcanzado el ámbito musical, haciendo que para el 97% de las personas resulte imposible discernir si una pieza fue generada únicamente por esta tecnología o por la mano humana. Por ello, se exige mayor transparencia en la diferenciación de este tipo de contenido y protección para los creadores.
Concretamente, el 80% de los usuarios manifiesta que la música generada por IA debería estar visiblemente marcada, y al 73% le agradaría conocer si una plataforma de streaming musical sugiere canciones compuestas en su totalidad con esta tecnología.
Esto se desprende de un estudio reciente efectuado por la plataforma musical Deezer, en colaboración con la agencia de investigación Ipsos. En él evaluaron la aptitud de 9,000 participantes a nivel mundial para reconocer música producida al cien por cien mediante IA. Durante las pruebas, los participantes escucharon tres fragmentos de audio e intentaron determinar si alguna de esas canciones había sido creada exclusivamente por IA.
La compañía explicó que dos de las piezas fueron producidas puramente por IA y la tercera era auténtica; sin embargo, los resultados muestran que el 97% de los encuestados no fue capaz de distinguir entre la música generada por IA y la compuesta por humanos.
Tras los ejercicios, la mayoría de los consultados (71%) se mostró sorprendida por los hallazgos, y más de la mitad (52%) expresó incomodidad por no poder diferenciar las melodías reales de las creadas con IA. Como resultado, el 80% afirmó estar de acuerdo en que la música generada por esta tecnología debe estar “claramente identificada” para los oyentes.
Estos hallazgos subrayan la necesidad de que los usuarios tengan transparencia respecto al manejo de estas herramientas y técnicas, de modo que se prevengan confusiones. Por ejemplo, el 73% señala que desearía saber si un servicio de streaming de música sugiere contenido generado con IA.
De igual modo, al 45% le convendría poder excluir la música generada por IA de su plataforma de reproducción, y siguiendo esta misma línea, el 40% declara que no escucharía este tipo de música sintética si la encontrara.
No obstante, el material obtenido a través de esta tecnología sigue generando interés en la gente, algo que se confirma con declaraciones recogidas por la empresa, como que el 66% de los usuarios de plataformas de streaming musical sí escucharía música producida por IA “al menos una vez”.
En la práctica, la investigación revela que el 58% de los encuestados opina que su plataforma de streaming jamás les ha sugerido música creada por completo con IA, mientras que un 25% no está seguro, lo cual es plausible dado que quizás no la identificaron.
Otro aspecto resaltado en el estudio es que el uso de esta tecnología puede ser provechoso para, por ejemplo, descubrir más música afín a los gustos del usuario, como opinó el 46% de los entrevistados.
Además, el 51% considera que la IA tendrá un “papel relevante” en la composición musical durante la próxima década. Sin embargo, también creen que, con su uso, se producirá contenido musical más estandarizado y de “menor calidad” en las plataformas de streaming.
De hecho, casi dos tercios de los participantes manifestaron que la IA “podría llevar a una disminución de la creatividad” en la producción musical global. Al respecto, Deezer señaló que reciben más de 50,000 pistas generadas íntegramente por IA diariamente, lo que equivale a más del 34% del total de aportaciones diarias.
Igualmente, la plataforma matizó que el incremento de este tipo de contenido completamente generado por IA surge en un momento de creciente preocupación por las empresas que emplean material con derechos de autor para entrenar sus modelos y, a partir de ahí, producir las canciones.
En este contexto, el estudio también consultó la postura de los usuarios, de los cuales un 65% indicó que no debería permitirse el uso de material protegido por derechos de autor para entrenar modelos de IA destinados a crear música.
Aparte, el 70% opina que la música creada solo por IA “representa una amenaza para el sustento de los músicos, artistas y compositores actuales y futuros”, y además denuncian la falta de ética de que las corporaciones de IA utilicen material con derechos de autor sin la autorización del creador original.
Considerando todo esto, el 69% de los encuestados estima que las remuneraciones por música producida por IA “deberían ser inferiores” a las destinadas a los artistas que componen su propia música.
En el marco de esta investigación, Deezer destacó ser la única plataforma de transmisión musical que “identifica y señala claramente” el contenido generado al cien por cien por IA. Así, el CEO, Alexis Lanternier, detalló que los resultados de la encuesta “muestran de forma evidente” el interés de los usuarios por la música y su deseo de saber si están escuchando pistas creadas por IA o por personas.
Asimismo, Lanternier también incidió en la inquietud existente sobre “cómo la música generada por IA impactará en la vida de los artistas y la creación musical”, junto con la creencia generalizada de que las empresas de IA “no deberían poder entrenar sus modelos con material sujeto a derechos de autor”. Por ello, Deezer reafirmó su compromiso de salvaguardar los derechos de los artistas y creadores.
Para tal fin, la plataforma detalló que todas las canciones generadas al ciento por ciento por IA son automáticamente excluidas de las sugerencias algorítmicas de Deezer y que, con ello, la música generada por IA constituye actualmente “una parte mínima” de las reproducciones en Deezer, alrededor del 0.5%, y que el 70% de estas reproducciones son fraudulentas.
“Este es un primer paso para asegurar que estas canciones no diluyan significativamente el fondo de regalías”, resaltó, al tiempo que anunció posibles acciones futuras, como la eliminación o desmonetización de contenido, basadas en una “evaluación minuciosa”.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.















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