CHICAGO, Illinois.- Una admisión de culpabilidad por parte de Joaquín Guzmán López ante un tribunal federal en Chicago inaugura una fase renovada en la táctica de seguridad de Estados Unidos frente al Cártel de Sinaloa, según reporta El Universal.
Este suceso provocó diversas reacciones oficiales que clarifican la perspectiva de Washington sobre el asunto y cuáles serán sus próximos movimientos en relación con los descendientes de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Funcionarios de EE. UU. catalogaron este avance como una pieza de un esfuerzo mayor destinado a mermar la capacidad operativa del cártel, anunciando que su foco ahora se centra en ubicar y juzgar a Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
El lunes, Joaquín Guzmán López, de 39 años, aceptó su responsabilidad en dos imputaciones:
Estos cargos conllevan una condena mínima obligatoria de 10 años en prisión y un máximo de cadena perpetua. Todavía no se ha fijado el día para la lectura de la sentencia.
Según los registros judiciales, Guzmán López también admitió haber “retenido forzosamente” a Ismael “El Mayo” Zambada, con la intención de entregarlo a las autoridades norteamericanas. Aclaró que dicha acción fue iniciativa propia y que el gobierno de EE. UU. no tuvo injerencia en ese episodio. El texto original parece estar incompleto, por lo que el resto de esa declaración no se detalla.
La Fiscal General de Estados Unidos, Pam Bondi, manifestó que el reconocimiento de culpabilidad “representa un triunfo significativo contra el Cártel de Sinaloa” y forma parte de “la campaña histórica y contundente de la administración Trump para desmantelar las organizaciones subversivas que amenazan al pueblo estadounidense”.
Bondi aseveró que el Cártel de Sinaloa, incluyendo al grupo conocido como “Los Chapitos”, es una “estructura terrorista que ha devastado familias americanas durante décadas con violencia extrema y un tráfico de narcóticos letal”.
El director de la Agencia Antidrogas (DEA), Terrance Cole, enfatizó que la agencia mantiene su meta de debilitar la estructura del cártel y hacer que los responsables de la crisis de drogas en Estados Unidos rindan cuentas.
Cole declaró: “La DEA reafirma su compromiso de desmantelar el liderazgo y control del Cártel de Sinaloa, exponer sus redes delictivas y buscar justicia por los cientos de miles de vidas perdidas debido a su avaricia”.
Para Cole, la declaración de culpabilidad de Joaquín Guzmán López se traduce en “otro golpe” a las actividades del cártel, y reiteró que la agencia no cesará sus operaciones hasta asegurar la protección de la ciudadanía estadounidense.
El fiscal del distrito sur de California, Adam Gordon, situó el caso en su contexto. Recordó que Ovidio Guzmán, otro de los vástagos de “El Chapo”, también se declaró culpable recientemente en la misma jurisdicción.Ambos lo hicieron mediante acuerdos de cooperación con las autoridades estadounidenses.
Gordon resumió la situación con una frase que define la postura actual del gobierno de EE. UU.: “Han caído dos, nos faltan dos”.Los dos restantes, señaló, son Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
Las autoridades de EE. UU. indican que la cooperación de Guzmán López abre nuevas vías de indagación. Su confesión permite a los fiscales seguir recopilando información sobre el funcionamiento interno del cártel.
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A la espera de la confirmación de la fecha de sentencia, el caso podría revelar más detalles sobre:
En los últimos años, las autoridades estadounidenses han señalado consistentemente a los hijos de Joaquín Guzmán Loera como actores clave en el tráfico de fentanilo y otras sustancias sintéticas hacia su nación.Este señalamiento ha sido constante en informes de seguridad, comunicados oficiales y listados de personas buscadas.
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La asunción de culpabilidad de Joaquín Guzmán López es vista por Washington como un paso adelante en una estrategia que busca restringir el margen de acción del Cártel de Sinaloa a través de detenciones, traslados judiciales y colaboración binacional.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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