FUERA DE LUGAR. Gerardo Cipolini, al ser el legislador de mayor edad en la Cámara Baja, presidió el acto de juramento y, en medio de esa celebración, emitió comentarios reprobables sobre varias parlamentarias, los cuales se escucharon porque el micrófono estaba activo. El congresista radical negó los hechos.
Este miércoles 3 de diciembre sucedió un suceso insólito y condenable durante la toma de juramento de los 127 nuevos diputados que asumirán sus escaños el próximo 10 de diciembre. El presidente provisional de la sesión, el diputado Gerardo Cipolini, lanzó una serie de improperios que fueron captados por el micrófono —que estaba encendido— en pleno acto.
Mientras algunas legisladoras prestaban juramento, se escucharon en la transmisión comentarios inapropiados como “¿Quién es Rosario Goitia? ¡Qué bien se ve!”, “¡Oye, pero qué guapa está la peluca! Tremendo” y “¡Vaya, qué linda!”. Estas fueron las frases que los micrófonos lograron registrar y se hicieron virales rápidamente en las redes sociales.
Cipolini, de 82 años, estuvo a cargo de la sesión como presidente provisional por ser el congresista de más edad presente en el recinto y tuvo la responsabilidad de tomarle juramento a los 127 nuevos integrantes de la Cámara. Originario del Chaco, pertenece al grupo de la Unión Cívica Radical y su periodo va hasta el 2027.
Es militante del histórico partido desde 1962, cuando se afilió como estudiante. Su trayectoria política arrancó recién en 1999, cuando fue elegido como titular del Honorable Consejo Deliberante Municipal de Roque Sáenz Peña, en la provincia del Chaco. Incluso ocupó el cargo de intendente de esta localidad durante tres mandatos seguidos entre 2007 y 2019.
Tras dejar su función como alcalde, fue electo en 2019 como diputado, incorporándose bajo la alianza Juntos por el Cambio. En 2023 resultó reelecto, extendiendo su labor legislativa hasta el ’27.
Después de tomarle juramento a todos los recién electos, regresó a su curul en el pleno para cederle el sitio a Martín Menem, quien fue reelegido como presidente de la Cámara de Diputados por una amplia mayoría. Posteriormente, se designaron a las autoridades que asistirán a la presidencia, es decir, las vicepresidencias.
En la primera vicepresidencia quedó designada la diputada del bloque de Fuerza Patria, Cecilia Moreau, quien aprovechó su discurso para condenar los exabruptos escuchados en la transmisión y que rápidamente tuvieron eco en las redes sociales.
“El presidente provisional, el diputado Cipolini, comentó ‘qué buena que está’ y eso está en todos los medios. Considero que las mujeres somos mucho más que un buen trasero, que un cuerpo; somos intelecto, somos pasión, somos ideas, somos valentía y somos constancia. Le pido con suma humildad que ofrezca disculpas por esta manifestación pública”, aseveró Moreau al concluir sus palabras.
Acto seguido, Cipolini tomó la palabra y negó que esas frases hubieran salido de su boca: “La tecnología ha avanzado a niveles incomprensibles”, inició su defensa. Y siguió: “Quizás uno dice cosas que no ha expresado”.
“No voy a pedir perdón por algo que no he dicho, de ninguna forma acepto esa acusación que algunos medios han difundido. Soy un hombre mayor, tengo hijas, nietas, de ninguna manera permitiría en un marco de respeto una expresión de ese calibre”, concluyó.
Ante la presencia del presidente Javier Milei, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y el ministro del Interior, Diego Santilli, uno de los gestos que captó la atención de todos los concurrentes fue el que protagonizó Juan Grabois.
El diputado de Fuerza Patria fue autor de un gesto de desafío: se giró para mirar hacia el palco donde se encontraba Milei y lo saludó con el puño alzado, como promesa de lucha y resistencia frente a las políticas libertarias.
Luego hizo un ademán cuestionable, al dirigirse a varios de sus colegas de la bancada libertaria tocándose la nariz, en un gesto que alude al consumo de estupefacientes.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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