Washington. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca aprovechar el sorteo del Mundial de Fútbol de 2026 que se realiza el viernes en Washington, al que asisten también como coanfitriones la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro canadiense, Mark Carney, para realzar su figura, además de mejorar su relación con dos socios clave con los que mantiene fricciones.
La Comparecencia de Sheinbaum adquiere enorme relevancia considerando que es el primer viaje oficial de la mandataria mexicana a EE.UU. -y también al extranjero- desde que asumió la presidencia en octubre de 2024 y que la “breve plática” que sostendrá durante su estancia en Washington con Trump será su primer encuentro cara a cara con el republicano.
Sheinbaum adelantó que tendrá asimismo un corto intercambio con Carney antes del inicio del sorteo, programado para el viernes a las 12:00 hora local (17:00 GMT) en el Centro Kennedy de la urbe capitalina estadounidense.
Las reuniones tendrán lugar después de que tanto Sheinbaum como Carney demoraran hasta el último instante en confirmar su presencia en el popular sorteo mundialista, organizado conjuntamente por EE.UU., México y Canadá entre junio y julio del año venidero, señalando así el complicado clima diplomático entre los tres vecinos.
El regreso de Trump al poder en enero ha significado una mayor presión de Washington sobre México y Ottawa en asuntos como migración, defensa y comercio.
El miércoles Trump manifestó que podría permitir que expire el T-MEC -el acuerdo de libre comercio con México y Canadá que el mismo empresario neoyorquino impulsó en su primer mandato y cuya revisión está pautada para 2026- y que valoraría buscar un nuevo pacto comercial con sus vecinos.
Las declaraciones y gestos erráticos e inapropiados del mandatario estadounidense ya habían marcado la primera visita de Carney a Washington en mayo, donde tuvo que escuchar las propuestas de Trump sobre incorporar a Canadá como el quincuagésimo primer estado de su nación.
Por su parte, Carney intentará reencauzar las relaciones bilaterales, menos fluidas que en el caso de México, tras la suspensión de negociaciones comerciales por parte de Trump en octubre, como represalia por la difusión en televisión de un anuncio canadiense en contra de los aranceles estadounidenses.
El comentado sorteo para el Mundial, que el propio Trump resolvió cambiar de Las Vegas a la capital estadounidense, ocurre en un momento en que sus niveles de aprobación están en su punto más bajo desde su regreso a la Casa Blanca y con él y su Gabinete, una vez más, envueltos en diversas polémicas.
El gobernante viene de sufrir varios reveses electorales para los republicanos a principios de noviembre, marcados por la incapacidad de su Administración para frenar el aumento del costo de vida, un tema al que ahora dedica todos sus esfuerzos para evitar un mal resultado en los comicios de mitad de mandato.
En el último año, Trump ha invitado reiteradamente al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien incluso asistió a la Cumbre de la Paz copresidida por el estadounidense en Egipto para promover su cese al fuego en Gaza.
De hecho, el propio Infantino ha notificado que en el sorteo entregará el premio FIFA de la Paz, un galardón recién instituido por el máximo organismo futbolístico, con una clara intención de congraciarse con Trump.
Se ignora quién recibirá el premio, pero hace tiempo se especula que podría ser el propio Trump, quien ha intentado sacar el máximo provecho de los distintos convenios de paz en los que ha actuado como mediador este año.
Sea o no él el receptor de esta distinción creada para la ocasión, llega en un momento en que Trump ha ordenado un despliegue militar para forzar la salida del poder del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y su ejército bombardea sumariamente embarcaciones que alega transportan narcóticos en el Caribe y el Pacífico, acciones que el Congreso está ahora analizando ante la posibilidad de que constituyan un delito.
Además, Trump encabezará mañana un evento para promover un certamen de fútbol que supuestamente está diseñado para atraer a aficionados de todo el orbe mientras su Gobierno endurece normativas contra inmigrantes y extranjeros en EE.UU., lo cual genera inquietudes en quienes planean viajar a EE.UU. para presenciar el Mundial.
Entidades cívicas manifestaron esta semana su preocupación por la posibilidad de que el campeonato se celebre en una nación que no está respetando el debido proceso en distintas esferas y donde el presidente calificó esta semana de “porquería” a la gente de Somalia, país al que tildó como “uno de los peores del mundo”. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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