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Lo que revela el caso de Stephora: expertos internacionales analizan el impacto del acoso escolar racista

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Los niños pueden desarrollar ansiedad, rechazo a la escuela y aislamiento social.

El caso de Stephora Anne-Mircie Joseph, la niña de 11 años que falleció el 14 de noviembre de 2025 durante una excursión organizada por el Instituto de Desarrollo Integral Leonardo Da Vinci, sigue generando preocupación y debate público en República Dominicana.

La menor, de nacionalidad haitiana, habría sido víctima de bullying por su color de piel y origen, según denunció Edwin Paraison, presidente de la Fundación Zile. Paraison afirmó que esta información proviene de conversaciones directas con la madre de la niña, Lovelie Joseph Raphael, quien relató que el acoso había sido persistente.

Ante la gravedad de estas denuncias, el periódico HOY consultó a expertos internacionales en salud mental infantil —de Puerto Rico, Estados Unidos y profesionales dominico-estadounidenses— para analizar qué tipo de daño produce el acoso racista en un menor y qué señales deben atender padres y escuelas.

A continuación, se presenta íntegramente la explicación de los especialistas:

Isaha Polanco: Dr. en Medicina, Clinician @CCTC – Terapista Familiar – BSL. & miembro del equipo de liderazgo de LBHC

¿Cuáles son los efectos inmediatos y a largo plazo del bullying racista en la autoestima de un niño?

El bullying racista afecta de manera inmediata la autoestima infantil, generando sentimientos de inferioridad y miedo. Los niños pueden desarrollar ansiedad, rechazo a la escuela y aislamiento social. A largo plazo, las secuelas incluyen depresión, trastornos de ansiedad y una autoimagen distorsionada. También se observan dificultades académicas y problemas para establecer relaciones saludables. El caso de Stephora refleja cómo el acoso por color de piel puede dañar profundamente el bienestar emocional.

Efectos inmediatos:

Baja autoestima: El niño puede comenzar a sentirse inferior o avergonzado de su identidad racial o cultural.

Ansiedad y miedo: Puede desarrollar temor a asistir a la escuela o participar en actividades sociales.

– Aislamiento social: Tiende a retraerse, evitando el contacto con compañeros o adultos.

Efectos a largo plazo:

– Trastornos emocionales: Depresión, trastornos de ansiedad o estrés postraumático.

– Autoimagen distorsionada: Rechazo de su origen étnico o apariencia física.

– Dificultades académicas y sociales: Bajo rendimiento escolar, desmotivación y problemas para establecer relaciones saludables.

Ministerio de Obras Publicas

2. ¿Cómo se manifiesta el daño emocional en la conducta diaria de un menor que vive este tipo de acoso?

Cuando un niño sufre acoso racista, el daño emocional se refleja en su día a día de formas muy claras. Se notan cambios de humor repentinos, como irritabilidad, tristeza o llanto frecuente. Muchos se aíslan, evitando hablar, jugar o compartir con otros, y hasta presentan dolores físicos sin explicación médica, como de cabeza o estómago.

También aparece el desinterés por la escuela, con excusas para no asistir, bajo rendimiento o falta de motivación. En casos más graves, surgen conductas autodestructivas o mensajes preocupantes, como el video de Stephora, que hablaba de amor propio y aceptación, mostrando una lucha interna por su bienestar.

Ismael Álvarez – Director de División de Servicios en Centro, Children’s Crisis Treatment Center (CCTC), & miembro del equipo de liderazgo de LBHC

1. Efectos del bullying racista

– Corto plazo: baja autoestima, ansiedad, irritabilidad, aislamiento, bajo rendimiento escolar, cambios en sueño y alimentación, síntomas físicos (dolor de cabeza, estómago).

– Largo plazo: depresión, trastornos de ansiedad, autopercepción negativa, dificultades sociales, riesgo de abandono escolar, pensamientos suicidas o homicidas.

Prevención: políticas claras contra el bullying, ambiente inclusivo, formación en diversidad y campañas educativas.

Intervención: apoyo psicológico, trabajo con víctimas y agresores, participación familiar.

Seguimiento: monitoreo continuo, espacios seguros, coordinación con redes de apoyo externas.

Nairann Merceir – líder de Equipo CCTC IBHS

Sobre los efectos inmediatos y a largo plazo del acoso racista en la autoestima de un niño:

“El acoso racista impacta a los niños mucho más profundamente de lo que muchas personas imaginan”, dice Nairann Merceir. “De inmediato, los niños suelen sentirse inseguros, ansiosos y en estado de alerta constante respecto a su entorno. Su autoestima puede caer rápidamente cuando comienzan a sentirse ‘menos que’, sin importancia o como un extraño.”

“A largo plazo, el daño puede ser significativo. La exposición crónica al acoso racista puede transformar la manera en que un niño se percibe a sí mismo y a su identidad. Puede conducir a una baja autoestima persistente, al desinterés académico y a la dificultad para confiar en los demás. Cuando estas experiencias no se abordan, pueden evolucionar hacia un trauma emocional duradero.”

¿Cómo se manifiesta el daño emocional en la conducta diaria?

“Se nota en sus rutinas diarias antes de que digan una sola palabra”, explica Merceir. “No quieren ir a la escuela. Les cuesta levantarse por la mañana. Su ansiedad aumenta porque realmente no se sienten seguros. Y cuando un niño no se siente seguro, aprender se vuelve casi imposible.”

“Su sistema nervioso entra en modo de huida, lucha o parálisis. Algunos niños se retraen, otros se bloquean y otros reaccionan con agresividad. Desafortunadamente, cuando un niño asustado reacciona, a menudo es castigado en lugar de recibir apoyo. Esto refuerza la creencia de que el sistema no los protege. Y cuando el acoso no se aborda adecuadamente, la situación puede escalar hacia un daño grave o una crisis.”

¿Qué señales deben observar los padres y maestros?

“Este es un tema difícil porque cada niño responde de manera diferente”, señala Merceir. “Al igual que con el duelo, no existe un patrón único de cómo alguien reaccionará. Pero los cambios rápidos en la conducta o el estado de ánimo son grandes indicadores.”

Merceir destaca que las señales de advertencia pueden incluir:

“Estos cambios suelen decirnos que algo anda mal mucho antes de que un niño se sienta listo para expresarlo en voz alta.”

¿Qué deben hacer las escuelas para prevenir?

“La prevención no es una asamblea única, es una cultura”, enfatiza Merceir. “Las escuelas necesitan educación continua sobre racismo, respeto y empatía. Estas conversaciones deben reforzarse mediante discusiones en el aula, recordatorios visuales y materiales diversos que promuevan el sentido de pertenencia.”

“Los estudiantes también necesitan formas seguras de denunciar el acoso sin temor a represalias. Y las escuelas deben ofrecer acceso constante a consejería, no solo cuando ocurre una crisis, sino como parte regular del entorno. Proteger la salud mental de los niños significa ser proactivos, no reactivos.”

– Cambios de humor repentinos: irritabilidad, tristeza o llanto frecuente. Aislamiento o retraimiento: evita hablar, jugar o compartir con otros. Problemas físicos sin causa médica aparente: dolores de cabeza, estómago o fatiga.

– Desinterés por la escuela: excusas para no asistir, bajo rendimiento o pérdida de motivación.

– Conductas autodestructivas o mensajes preocupantes: como el video de Stephora, donde hablaba de amor propio y aceptación, lo que puede interpretarse como una señal de lucha interna.

3. ¿Qué señales deben observar los padres y maestros para identificar que un niño está siendo víctima de bullying?

– Cambios en el comportamiento habitual: más callado, agresivo o temeroso. Pérdida de pertenencias o daños frecuentes a sus objetos personales. Evita hablar de la escuela o de ciertos compañeros. Marcas físicas inexplicables o quejas de maltrato. Mensajes verbales o escritos que revelan baja autoestima o desesperanza.

4. ¿Qué deben hacer las escuelas para prevenir el bullying racista y proteger la salud mental de los estudiantes?

– Implementar programas de educación en diversidad, inclusión y empatía. Capacitar al personal docente para identificar y actuar ante el acoso. Establecer protocolos claros de denuncia y seguimiento. Fomentar espacios seguros de diálogo donde los estudiantes puedan expresarse. Involucrar a las familias en la prevención y atención del bullying. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

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