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La ciencia detrás de por qué tus fotos de conciertos salen mal, aunque tengas un móvil de 1.500 euros

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Demasiado brillo, sujetos movidos, colores lavados, haces de luz que lo invaden todo, y te preguntas cómo es posible que un móvil de 1.500 euros no sea capaz de lidiar con una situación así.

Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

Seguro que te ha pasado: estás en un concierto, sacas tu móvil de gama alta, haces varias fotos y el resultado no se parece en nada a lo que estás viendo. Demasiado brillo, sujetos movidos, colores lavados, haces de luz que lo invaden todo, y te preguntas cómo es posible que un móvil de 1.500 euros no sea capaz de lidiar con una situación así. La explicación está en un conjunto de factores físicos y de procesamiento que afectan a cualquier cámara móvil, desde el tamaño del sensor hasta la forma en la que la inteligencia artificial interpreta la escena. Sí, las fotos de conciertos son siempre un reto.

La iluminación del escenario es el enemigo perfecto

Las luces de un concierto son, en esencia, un caos para cualquier cámara digital. Cambian cada segundo, generan contrastes imposibles y el móvil tiene que decidir en milésimas de segundo qué exponer. ¿La cara del cantante o los focos del fondo? Cuando eliges al artista, el fondo se quema. Cuando intentas preservar el fondo, el artista queda oscuro. Es un juego de equilibrios donde incluso la fotografía computacional se queda corta.

El sensor del móvil es pequeño, y eso se nota

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Aunque los fabricantes han mejorado muchísimo la calidad de los sensores, siguen siendo muy pequeños en comparación con una cámara tradicional. Menos superficie significa menos luz capturada y más ruido en escenas complejas. En un concierto, donde las luces intensas conviven con zonas oscuras, el sensor lucha por registrar suficiente información sin sacrificar detalle. Por eso las fotos suelen verse granuladas o con texturas extrañas.

En un concierto, a no ser que vayas a uno sinfónico, no hay nada quieto: ni el artista, ni tú, ni las manos que tienes delante, ni el haz de luz que atraviesa la escena. Para congelar todo eso necesitas una velocidad de obturación muy alta, pero en un entorno con poca luz el móvil no puede permitírselo. El resultado es el clásico barrido o desenfoque de movimiento, sobre todo si estás usando zoom o un modo nocturno que estira la exposición.

Las luces LED generan efectos que tu móvil no puede evitar

Las pantallas, focos y paneles LED funcionan a frecuencias que, combinadas con la velocidad del obturador del móvil, crean franjas, parpadeos o colores irreales. Esto se conoce como flickering. No es un error de tu cámara, sino una limitación física: el móvil captura la escena en líneas sucesivas y, si la luz cambia mientras lo hace, aparecen artefactos imposibles de corregir al vuelo.

La fotografía computacional saca su poderío en paisajes, retratos o fotos nocturnas estáticas. En un concierto, en cambio, se enfrenta a una mezcla de luces de colores, humo, siluetas, brillo extremo y movimiento constante. El algoritmo intenta “mejorar” lo que ve, pero a veces exagera colores, aplasta sombras o elimina detalles reales creyendo que son ruido. Por eso hay fotos que parecen tomadas con un filtro agresivo aunque no hayas activado nada.

El zoom es tentador, pero también un problema

Las fotos de conciertos invitan a usar el zoom. Sin embargo, incluso los mejores teleobjetivos pierden luminosidad respecto al sensor principal. Y cuando el móvil recurre al zoom digital o híbrido, el resultado suele empeorar. El movimiento se amplifica, el ruido crece y cualquier luz intensa provoca halos o destellos que restan definición.

Qué puedes hacer para mejorar tus fotos

No solucionará todo, pero sí te ayudará a sacar mejores fotos de conciertos. Usa la lente principal siempre que puedas, porque es la más luminosa. Evita el zoom digital, suele empeorar la escena en casos extremos. Dispara varias fotos seguidas para que el procesado escoja la mejor. Si tienes un modo Pro, aumenta la velocidad de obturación aunque la foto salga más oscura. Y, aunque parezca básico, espera a que las luces del escenario se estabilicen; a veces solo con eso el móvil puede exponer bien.

Un escenario perfecto para vídeo, no tanto para foto

Paradójicamente, muchos móviles rinden mejor grabando vídeo en conciertos que tomando fotografías. El vídeo puede trabajar con algoritmos de estabilización y control de luz más flexibles, y la exposición se adapta continuamente. Si tu intención es dejar la esencia del ambiente y no un fotón para el recuerdo, grabar suele ser la mejor idea. Además, mientras grabas puedes sacar fotos a la vez, ¿no? Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

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