Seis episodios, de los cuales dos estarán disponibles desde este viernes en Disney+, muestran el lado más íntimo de la artista durante la preparación y el desarrollo de ‘The Eras Tour’.
El documental ‘The End of an Era’ revela las lágrimas y la fragilidad de Taylor Swift, quien expresa su dolor por la muerte de tres niñas en Inglaterra y su miedo ante lo que pudo haber sido una masacre en uno de sus conciertos en Viena.
Seis episodios, de los cuales dos estarán disponibles desde este viernes en Disney+, exhiben el lado más personal de la cantante durante la preparación y ejecución de ‘The Eras Tour’, una gira con 149 conciertos entre marzo de 2023 y diciembre de 2024, que reunió a 10 millones de asistentes y se convirtió en la más taquillera de la historia, con ingresos superiores a los 2.000 millones de dólares.
El documental acompaña a la estrella en su habitación antes y después del primero de los cinco conciertos que ofreció en agosto de 2024 en el estadio de Wembley, Londres.
Pocos días antes, se cancelaron las tres presentaciones previstas en Viena del 8 al 10 de agosto debido a una amenaza terrorista inminente. Además, el 29 de julio ocurrió un ataque en Southport (norte de Inglaterra) durante una clase de baile temática de Taylor Swift, en el que fallecieron tres niñas de 6, 7 y 9 años.
“Es una sensación extraña dar estos últimos cinco conciertos en Europa, porque parece que ya hemos dado 128, pero este es la primera vez que me siento… no sé, como si estuviera patinando sobre una fina capa de hielo. Hemos tenido una serie de cosas muy violentas y aterradoras durante la gira”, dice Swift emocionada.
“Nos libramos de lo que podría haber sido una masacre. Así que he estado un poco desorientada”, recuerda sobre los hechos de Viena, sentada en un sofá en su hotel londinense.
No puede contener las lágrimas al referirse al “horrible ataque” cerca de Liverpool. “Eran niñas pequeñas…”, lamenta la cantante, quedando en silencio por unos segundos.
Swift se reunió con algunos supervivientes y familiares de las víctimas antes de cada concierto en Wembley. “Voy a conocer a algunas de las familias esta noche y luego voy a dar un concierto pop”, comenta, añadiendo que desea dejar las lágrimas atrás antes del show.
“Llevo 20 años cantando, pero mentalmente, tener miedo de que les pase algo a tus fans es un reto nuevo (…) Vivo en una realidad que la mayor parte del tiempo es muy irreal, pero parte de mi trabajo es gestionar todos estos sentimientos y luego llenarme de energía para actuar”, afirma.
En estas situaciones cuenta con el apoyo, a distancia, de su novio, el jugador de fútbol americano Travis Kelce, con quien mantiene algunas conversaciones telefónicas que aparecen en el filme.
“Hay gente que toma vitaminas, yo tengo estas conversaciones contigo”, dice la cantante en una de esas charlas, antes del concierto.
Cuando termina su primera presentación en Wembley y todo ha salido bien —antes de comenzar se la ve tumbada porque dice que está tan nerviosa que le tiemblan las manos—, lo primero que hace desde el coche es llamar a Kelce.
“Estoy tan feliz y tan aliviada… es como si el público supiera lo que necesitaba. Me alegro de volver a hacer esto de nuevo de manera funcional”, le cuenta.
Parece el fin del periodo más complicado de una gira que comenzó a gestarse en su mente dos años antes del primer concierto, impulsada por dos experiencias desagradables que había vivido.
Por un lado, la venta sin su consentimiento del catálogo completo de sus seis primeros álbumes por parte de su primera discográfica, lo que la llevó a rebelarse y a grabar todo de nuevo. Por otro, la pandemia, que la motivó a “escribir canciones como si fuera una especie de salvavidas”.
Estas dos ideas se unieron para dar forma a una gira cinco años después del ‘Reputation Stadium Tour’ de 2018. El resultado fue una celebración de las distintas etapas de su vida y carrera: ‘The Eras Tour’.
El documental muestra los preparativos de la gira, cómo se diseñó cada escenario y cada prenda de ropa de la cantante. También cómo se preparó intensamente a nivel físico desde seis meses antes del primer concierto y cómo fue desarrollando una relación cercana con todos los miembros de su equipo.
Un proyecto gigantesco en el que la cantante presionaba sin cesar para que cada concierto superara al anterior, llevándola a un estado de excitación difícil de controlar.
Tras cada concierto, regresaba a su hotel, jugaba con su gato, se daba un largo baño relajante y trataba de bajar las revoluciones, algo que no lograba hasta las 4 de la mañana, después de firmar 2.000 discos para cansarse, un ejemplo de sus métodos para dormir: “Hay gente que toma drogas, yo no”. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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