Esta dominicana que emigró a Manitoba con su familia en 2018, ha logrado abrirse camino en este lugar, convirtiéndose en una líder para los emigrantes que buscan establecerse y carecen de las condiciones y orientaciones necesarias. Allí, ha enfrentado numerosos obstáculos, siendo el mayor la pérdida de su hijo menor a causa de un tumor cerebral.
Manitoba es una provincia de Canadá cuyo nombre, según lenguas indígenas, significa ‘lugar del gran espíritu’. La historia de hoy es precisamente sobre una persona que no solo vive en esta ciudad, sino que se ha impregnado de esa energía que distingue a este destino. Claro, ella trajo su chispa desde República Dominicana.
Cuando conozca el relato de Jhocelin Gilbert, comprenderá el motivo de esta introducción. Con dos licenciaturas, una en Lenguas Modernas y otra en Educación Inicial, obtenidas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y una maestría en Gerencia Educativa por la Universidad Iberoamericana (Unibe), decidió recoger sus “motetes” y establecerse en Canadá.
“Salí de República Dominicana en 2018 en busca de un mejor futuro para mis hijos”. No fue fácil tomar esa decisión. La protagonista de esta historia dejaba atrás su mayor tesoro: un colegio que fundó y dirigió durante 10 años en el sector Los Prados. “Pero Jordy, Jordan y Jordany eran prioridad antes que mis sueños”. Partió como estudiante internacional, mientras su esposo Orlando Santana contaba con permiso de trabajo.
Jhocelin cumplió con su compromiso de residir allí como estudiante. Se certificó en Recursos Humanos en la Universidad de Manitoba. Aquella joven que estudiaba en Maimón, provincia Monseñor Nouel, cada día encontraba un propósito mayor para adaptarse a vivir lejos de su tierra. Su balanza se inclinaba hacia la superación personal, profesional y, sobre todo, familiar.
Como era de esperarse, no todo fue fácil. ¿Obstáculos? Por supuesto que los hubo. “En el ámbito profesional, tuve que empezar desde cero, sin contactos ni experiencia laboral (aquí todo es diferente). Había que adaptarse”. La comida también representó un desafío. La abundancia de sal y pimienta en los alimentos no era de su agrado. Aprendió a manejarlo.
Lo que Jhocelin y su familia aún no han aprendido es a vivir sin uno de sus hijos. “Jordany partió con el Señor a los 11 años, debido a un tumor cerebral. Falleció aquí, en Canadá”. Este golpe devastador afectó profundamente sus emociones, pero no le impidió aferrarse a la fe para, con la gracia de Dios, seguir adelante y superarse.
Sabía que sus otros dos hijos necesitaban su atención. Querían verla bien para continuar con el propósito de vida que se habían trazado como familia. Con un duelo latente, la protagonista comprendió el mensaje y se refugió en el trabajo y en la creatividad que la caracteriza para aliviar su dolor.
En 2020 presentó La Paila Canadá, una plataforma en Instagram que se convirtió en un centro informativo para personas que querían emigrar o que recién llegaban al país.
“A través de colaboraciones con hispanos de varias provincias, esta plataforma se transformó en una de las más reconocidas para quienes buscan información confiable sobre Canadá”. Se siente orgullosa de esta iniciativa altruista.
Tras la pandemia, decidió apoyar gratuitamente a pequeños negocios hispanos, visitándolos y creando contenido para promoverlos. “Ese trabajo me llevó a crear la primera actividad de ‘networking’ hispano en esta provincia, que ya cuenta con cuatro ediciones y, en los últimos años, ha reunido a más de 500 asistentes de distintas nacionalidades”. El éxito de esta jornada ha sido reconocido por el periódico más importante de Manitoba, así como por varias emisoras de radio.
Eso sí, “aunque en redes sociales parece que todo ha sido éxito, detrás hay una historia real: la pérdida de mi hijo menor, el duelo profesional, momentos de poco apoyo y los retos propios de rehacer la vida como inmigrante. En mi país tenía un colegio y no era empleada, aquí tuve que comenzar desde cero…”. Todo eso la ha impulsado en su propósito y compromiso de superarse y ayudar a otros a hacer lo mismo con un gran espíritu, como ella lo ha hecho.
El éxito que Jhocelin Gilbert ha logrado en tan solo siete años fuera de su país, más allá de beneficiar a los hispanos en Manitoba, ha sido reconocido por quienes valoran la superación de una mujer “todo terreno” en tierras extranjeras.
“Fui reconocida por la Embajada Dominicana en Canadá por mi labor comunitaria. Actualmente, soy conferencista y facilitadora de talleres sobre visibilidad online, networking y temas relevantes para inmigrantes y emprendedores”. De diversas maneras, su trabajo ha sido distinguido.
La protagonista no se conforma en su afán de superación constante. Su inquietud y esfuerzo la han llevado a establecer alianzas con otras comunidades, participando como moderadora, maestra de ceremonias y panelista en decenas de eventos.
“Además, conduzco mi propio programa en una plataforma comunitaria sin fines de lucro, donde he grabado más de 30 episodios en inglés orientados a inmigrantes”. Ha tenido invitados especialistas de diversas áreas, incluido el fallecido embajador dominicano en Canadá, Hans Dannenberg.
Pero ella no se detiene ahí. La bandera dominicana tiene en Jhocelin a una digna representante, y la mujer hispana a una aliada incondicional. “Soy coautora de un libro escrito junto a mujeres de distintas nacionalidades, en el que aporté un capítulo desde mi experiencia”.
Con cada acción, busca contribuir a la comunidad. También es embajadora de la revista Americanos, que circula por todo Canadá, representando a la comunidad latina de Manitoba.
Sus dotes de solidaridad no se limitan a orientar a hispanos y brindarles apoyo puntual. No. Lo de Jhocelin se centra en la calidez y cercanía que entiende que necesitan los recién llegados a Canadá.
“Cuando es alguien que conozco, lo recibo en el aeropuerto, recojo donaciones y, en fin, trato de ayudarlo con sus currículos y acompañándolos en lo que necesiten”. Su dinámica incluye que quienes ya están bien establecidos extiendan la mano a los nuevos que llegan.
Recientemente, la protagonista presentó su propuesta ‘Dominican Flavours’, una línea de sazones y productos dominicanos 100% naturales.
“Para muchos dominicanos aquí, probarlos es como volver a casa porque mantienen nuestro sabor tradicional. Mi deseo es que la provincia conozca y disfrute un pedacito de nuestra cultura. Actualmente, mis productos están disponibles en uno de los centros comerciales más importantes de Manitoba”. La satisface llevar el “sabor” criollo a tierras extranjeras.
“Creo que he logrado mucho, pero me gustaría tener un negocio estable; ha sido mi sueño desde que llegué. Quiero seguir siendo inspiración para muchos y continuar ayudando a otros latinos como lo he hecho hasta ahora”. Cabe destacar que, desde su llegada a Canadá en 2018, se ha integrado al trabajo comunitario, apoyando a otros inmigrantes en su proceso de asentamiento.
La protagonista de hoy es creadora de La Paila Canadá. Fundó el primer evento de networking hispano en Manitoba (que ya cumple cuatro años). “Conduzco un programa comunitario en inglés. He sido reconocida por la Embajada Dominicana en Canadá. Me desempeño como conferencista y facilitadora, y hago todo lo que esté a mi alcance para enaltecer el nombre de nuestro país y, a la vez, superarme como profesional y persona”. No cabe duda de que lo ha logrado.
Ya se conoce lo que Jhocelin ha hecho y alcanzado. Pero cabe preguntar: ¿Qué enseñanza te ha dejado todo lo que has tenido que superar para llegar hasta donde estás?
“Primero que todo, que para alcanzar lo que queremos debemos luchar. Que cuando hacemos las cosas desinteresadamente, lo demás llega solo. Que sin Dios no hubiera logrado tantas cosas porque Él pone gracia cada día en mí y me da fuerzas. Que en el camino habrá personas que me apoyarán y debo enfocarme en ellas, no en lo que quisiera”. Es una mujer optimista.
Su respuesta es contundente. “Seguir elevando mi bandera en todo Canadá, y que Dominican Flavours sea reconocido en todas las provincias, y no solo en las canadienses, sino en todos los lugares donde hay inmigrantes, para que conozcan nuestro sabor”. Jhocelin no descansa en su empeño por continuar poniendo en alto el nombre de su República Dominicana con un espíritu inspirador. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.










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