La mejor manera de disfrutar estos días es compartir salud en la mesa con nuestros amigos y familiares. Para lograrlo, aplicaremos estrategias prácticas y sabrosas tanto en la cocina como en la mesa. En primer lugar, podemos hacer sustituciones saludables en nuestras recetas tradicionales. Por ejemplo, en lugar de usar crema de leche entera o mayonesa en exceso para la ensalada rusa, podemos optar por yogur griego natural o una mayonesa ligera en menor cantidad.
Para los asados, es preferible elegir cortes de carne magra y retirar la piel visible antes de consumirla, ya que es donde se concentra la mayor parte de la grasa saturada. Además, es recomendable servir uno o dos postres solamente e incorporar frutas.
Otra táctica importante es la distribución de las comidas. Es un error llegar a la cena de Nochebuena o fin de año tras un ayuno prolongado, pues esto incita a comer en exceso y de forma rápida. Consumir un snack saludable (frutas, semillas o yogur) una o dos horas antes del evento puede reducir el hambre intensa. Asimismo, la masticación consciente es fundamental. Comer despacio no solo permite disfrutar mejor los sabores, sino que también da tiempo al cerebro para recibir la señal de saciedad, ayudando a evitar el consumo excesivo. Finalmente, es esencial recordar el papel del ejercicio físico. Mantener la rutina de actividad o incluir caminatas familiares después de las comidas son excelentes formas de quemar calorías extra y mejorar la digestión durante la temporada festiva. Estas pequeñas modificaciones contribuyen significativamente a mantener un balance energético positivo. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.








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