Hace algunos años, la palabra Otaku no era tan conocida y, muchas veces, los fanáticos del anime en México tenían que buscar sus series favoritas en convenciones o en los puestos de la friki plaza, ubicados en el Centro de la Ciudad. Sin embargo, poco a poco esta cultura fue creciendo hasta que hoy incluso cuentan con el Día Mundial del Otaku.
Aunque este día no es oficial, se ha popularizado en todas las redes sociales y en todo el mundo, ya que el anime ha sido el punto de partida para que muchos en occidente comenzaran a estudiar la cultura nipona.
En México no es la excepción; durante muchos años, las caricaturas transmitidas en las televisoras eran anime, pasando de generación en generación. Incluso, varios aficionados al manga comenzaron a reunirse y a aumentar su número de seguidores.
Con el paso de los años y la llegada de internet, fue más fácil conocer lo que existía en el país del sol naciente, pues la red abrió una gran puerta para que todo el mundo se adentrara no solo en la cultura del anime, sino también en las costumbres e historia de Japón.
Esto no solo impulsó la cultura japonesa, sino que también despertó el interés por la música y el arte de otros países de Asia, que hoy en día forman parte importante de la cultura mundial.
Este término surgió en Japón y comenzó a replicarse en muchos países; hoy en día es una palabra muy común en México.
En América, por ejemplo, la palabra adquirió una connotación diferente a la de Japón, ya que se utiliza para referirse a alguien fanático u obsesionado con temas de anime.
Según un artículo de investigación de Tanía Lucía Cobos, titulado Animación japonesa y globalización: la latinización y la subcultura otaku en América Latina (2010), se menciona:
“Los otaku son tanto hombres como mujeres, con edades que oscilan entre los 12 años y más de 40. Hay diferentes tipos, desde aquellos asociales hasta quienes manejan su afición de una forma socialmente aceptable. También se caracterizan por tener una posición más crítica ante el discurso hegemónico de consumo; se alegran y se entristecen con los mangas que leen y los animes que ven, y pueden extraer patrones de comportamiento y pensamiento para aplicarlos en su vida diaria”, escribe.
En este siglo, muchas personas ya tienen conocimiento de gran parte de la cultura asiática e incluso las películas, la música o el anime han gustado tanto que se siguen repitiendo en canales de televisión abierta los programas que uno veía de niño, e incluso ahora se puede encontrar anime en plataformas de streaming. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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