En Vera (Almería), los críticos de las corridas de toros han pasado a la ofensiva y exigen con insistencia un diálogo abierto sobre esta práctica. Tras más de dos años en los que el alcalde Alfonso García, aficionado a las corridas, se ha negado obstinadamente a mantener dicho diálogo en su ciudad y, en cambio, ha censurado las voces críticas en redes sociales, el grupo “Antitaurinas Vera” se dirige ahora al lobby taurino organizado local.
Mediante una carta abierta publicada en grupos de Facebook de Vera y sus alrededores, así como en una misiva personal dirigida al Club Taurino Veratense y al Foro Cultural y Taurino de Vera, los retan a un debate público.
Un duelo dialéctico entre representantes locales de ambos bandos, en un espacio neutral y con un moderador imparcial, brindaría al público interesado argumentos para formarse una opinión sobre la tauromaquia. De esta manera, un intercambio de ideas sobre la tauromaquia en la provincia de Almería, y especialmente en Vera, sería algo totalmente novedoso. Hasta ahora, solo se han realizado actos propagandísticos unilaterales que glorifican la tauromaquia o incitan al público a asistir a las corridas con gritos incendiarios como “Sangre, sangre roja”.
No obstante, resulta dudoso que las dos organizaciones que defienden la tauromaquia en Vera acepten la propuesta de un debate público con sus detractores y estén dispuestas a discutir también el sufrimiento de los toros y la presencia de niños en las corridas. Al fin y al cabo, sus representantes buscan promover la tauromaquia a toda costa y, por ello, parecen más expertos en eslóganes, homenajes y estereotipos que en debates polémicos. Es poco probable que hayan cuestionado alguna vez los términos que se emplean habitualmente en el mundo taurino, como tradición, cultura, arte, lidiar, faena o toro bravo. Sin embargo, precisamente esto es lo que deberían fundamentar con argumentos objetivos ante un público diverso para salir airosos en un duelo verbal contra críticos bien preparados. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.










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