Redacción Ciencia, 17 dic (EFE).- A medida que las personas envejecen, la capacidad de su sistema inmunitario se deteriora; las poblaciones de células T disminuyen y no pueden responder con la misma rapidez ante los patógenos. Una nueva investigación demuestra ahora que es posible revertir este proceso mediante un enfoque innovador.
En concreto, el estudio realizado en ratones revela que la tecnología ARNm (mensajero) puede emplearse para transformar el hígado en una fuente temporal de importantes factores reguladores del sistema inmunitario que se pierden de forma natural durante el envejecimiento.
Esto restaura la formación de nuevas células inmunitarias, permitiendo a los animales de edad avanzada desarrollar nuevamente respuestas inmunitarias robustas y combatir eficazmente los tumores.
“Si podemos restaurar algo tan esencial como el sistema inmunitario, es de esperar que podamos ayudar a las personas a mantenerse libres de enfermedades durante más tiempo”, señala Feng Zhang, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos.
Además del MIT, participan en el estudio el Instituto Broad, también en Estados Unidos, el Centro alemán de Investigación del Cáncer y el Instituto Heidelberg para la Tecnología de Células Madre y Medicina Experimental. Los detalles se publican en la revista Nature.
El timo y la pérdida de función
El timo, un pequeño órgano situado delante del corazón, desempeña un papel fundamental en el desarrollo y maduración de las células T. También secreta citocinas y factores de crecimiento que ayudan a estas células a sobrevivir.
Sin embargo, a partir de la edad adulta temprana, comienza a encogerse en un proceso conocido como involución tímica, lo que conduce a una disminución en la producción de nuevas células T; a los 75 años aproximadamente, es esencialmente inoperante.
En el nuevo enfoque, los investigadores buscaron comprobar si podían crear una “fábrica” temporal en el cuerpo que generara las señales estimulantes de las células T que normalmente produce el timo.
Para ello eligieron el hígado, que tiene una gran capacidad para producir proteínas, incluso en la vejez, y es más fácil administrarle ARNm que a la mayoría de los órganos. Además, toda la sangre que circula por el cuerpo pasa por él, incluidas las células T.
Para crear esta “fábrica”, los investigadores identificaron tres señales inmunitarias importantes para la maduración de las células T, según explican comunicados del MIT y del Centro alemán de Investigación del Cáncer.
Codificaron estos tres factores en secuencias de ARNm que podían administrarse mediante nanopartículas lipídicas. Al inyectarlas en el torrente sanguíneo, estas partículas se acumulan en el hígado y el ARNm es absorbido por los hepatocitos, que comienzan a fabricar las proteínas codificadas.
Efectos beneficiosos
Las pruebas en ratones mostraron efectos positivos. En primer lugar, los investigadores inyectaron las partículas de ARNm en roedores de 18 meses, equivalentes a humanos de unos 50 años.
Tras el tratamiento, las poblaciones de células T aumentaron significativamente en tamaño y función.
Luego evaluaron si esto mejoraba la respuesta de los animales a la vacunación. Vacunaron a los ratones con ovoalbúmina, una proteína presente en la clara de huevo que se utiliza habitualmente para estudiar la respuesta inmunitaria a un antígeno específico.
En los ratones de 18 meses que recibieron el tratamiento con ARNm antes de la vacunación, el equipo constató que la población de células T citotóxicas específicas de la ovoalbúmina se duplicó en comparación con aquellos que no recibieron la terapia con ARNm.
El equipo planea ahora estudiar este método en otros modelos animales e identificar factores de señalización adicionales que puedan mejorar la función del sistema inmunológico. También esperan analizar cómo afecta el tratamiento a otras células inmunitarias, incluidas las células B. EFE Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.










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