No es extraño que un joven de veinte años envíe un mensaje de texto a su madre desde el consultorio médico, presa del pánico, pidiéndole ayuda para responder una pregunta. Y los pacientes de cualquier edad pueden tener dificultades para recordar todos sus medicamentos o olvidar mencionar alguna inquietud.
Aprovechar al máximo una visita al médico requiere cierta preparación. Incluso los profesionales planifican con anticipación.
“Es muy difícil, incluso para mí, como médica que acude a su propio médico de cabecera, recordar todas las cosas que quería comentar”, afirmó la Dra. Sarah Nosal, presidenta de la Academia Estadounidense de Médicos de Familia. “Lo peor es cuando tienes ese momento con tu médico” y luego recuerdas otro problema al salir, añadió. “Has perdido ese tiempo”.
Su principal consejo: lleve una lista de síntomas y preguntas para mostrar al inicio de la consulta. El primer punto debe ser su preocupación principal, pero mostrar la lista completa ayuda a su médico a priorizar lo más urgente.
“Realmente podré ver si hay alguna señal de alerta”, explicó Nosal, quien ofrece algunos consejos sobre cómo prepararse para una visita típica de atención primaria.
Algunas enfermedades requieren especialistas como cardiólogos o reumatólogos. Pero, independientemente de la edad o el estado de salud, las investigaciones han demostrado desde hace tiempo que la relación con un profesional de atención primaria es fundamental para la salud general. Puede ser un médico de familia como Nosal, que atiende a personas de todas las edades, o un internista. Algunos pacientes optan por ginecólogos, geriatras o cuentan con un equipo de atención primaria que incluye enfermeras practicantes o auxiliares médicos.
La atención primaria va más allá de los chequeos preventivos para ayudar a evitar enfermedades, como vacunas, pruebas de detección de cáncer o consejos de salud. También incluye la detección y el tratamiento de problemas comunes como la hipertensión arterial, así como la ayuda para encontrar y coordinar atención especializada.
“Esa relación continua también me ayuda a saber qué es lo normal para ti”, explicó Nosal. “Si algo es diferente, cambia o te sientes extraño, cuando me lo cuentas y además te conozco desde hace tiempo, podemos entender juntos qué está pasando”.
Los adultos jóvenes que acceden a la atención médica por primera vez por su cuenta podrían necesitar ayuda para completar formularios con su historial médico personal. ¿Alguna vez le han administrado anestesia general? ¿Tiene la vacuna contra el tétanos al día?
Si aún tiene acceso al portal del paciente en el consultorio de su antiguo pediatra, puede consultar los registros de vacunas y enfermedades previas, o tal vez deba solicitarlos o preguntar a sus padres.
Para todas las edades, el historial médico familiar es fundamental y debe actualizarse periódicamente. Pregunte qué enfermedades han padecido sus familiares cercanos y cómo les fue. Por ejemplo, si hay antecedentes familiares de diabetes tipo 2, si su abuela sufrió un derrame cerebral o si alguien tuvo cáncer a temprana edad, esa información podría ayudar a adaptar su atención preventiva, afirmó Nosal.
Completar la documentación desde casa facilita la revisión del nombre y la dosis de los medicamentos en los frascos. Incluya medicamentos con y sin receta, pastillas o cremas, y no olvide las vitaminas y los suplementos.
¿Por qué son importantes estos últimos? Algunos pueden interactuar con medicamentos recetados. Nosal mencionó a algunos pacientes cuyos tratamientos prolongados dejaron de surtir efecto después de comenzar a tomar cúrcuma, una especia que también se vende como suplemento.
Además, antes de su visita, verifique si el médico recibió registros de análisis de laboratorio recientes, hospitalizaciones o visitas a otros proveedores de salud, ya que los registros médicos electrónicos no siempre se comparten automáticamente.
Algunos síntomas son lo suficientemente graves como para requerir una visita urgente. Pero si tiene una cita médica, ya sea de rutina o para dar seguimiento a problemas de salud, prepare una lista de preguntas con anticipación.
¿Siente dolor al moverse de cierta manera? ¿O está hablando con un amigo que acaba de hacerse una colonoscopia y se pregunta si ya le toca? Anótelos en su lista de inmediato, antes de que se le olviden, y describa los síntomas con precisión.
Nosal mantiene una lista actualizada en su teléfono y, antes de las visitas con su médico, la envía como aviso a través de su portal para pacientes. Los pacientes también pueden incluir su lista en los formularios de registro de visitas.
La idea es abordar primero las preguntas más urgentes, para que los pacientes no se queden sin tiempo antes de plantear una inquietud clave. Nosal explicó que las preguntas sobre salud y bienestar mental o sexual suelen surgir en el último momento.
Sea cual sea el medio, “por favor, traiga esa lista”, dijo. “Es la pieza más importante de todas”.
Las personas pueden saber que deben hacer preguntas sobre los tratamientos, como su eficacia y los efectos secundarios esperados. Pero también es importante comprender por qué un médico hace un diagnóstico específico o, por el contrario, no está tan preocupado por un síntoma como usted.
No dude en decir: “Explícame qué más podría estar pasando”, aconsejó Nosal. “¿Cuál sería el siguiente paso? ¿Cómo evaluarías eso para mí, para saber si es esto o aquello?”.
La mayoría de los grupos de defensa de la salud también recomiendan ir acompañado de un amigo o familiar, especialmente si tiene problemas de salud graves o múltiples. Pueden ayudarle a hacer preguntas y tomar notas.
“Ya sea que tengas 20 u 85 años, no recordarás todo de tu visita médica”, concluyó Nosal. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.








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