Washington/Londres, 22 dic (EFE).- El denominado ‘caso Epstein’ ha vivido en 2025 varios episodios turbulentos, tras revelarse nuevas informaciones que han situado al presidente estadounidense, Donald Trump, en el centro de la controversia y que incluso han afectado a la monarquía británica, al forzar al rey Carlos III a despojar a su hermano Andrés de su título de príncipe.
Los correos electrónicos del pederasta Jeffrey Epstein, divulgados por congresistas demócratas, mostraron que Trump estaba al tanto de sus crímenes y que, además, había pasado “horas” con una de las víctimas.
Una serie de disputas judiciales y una prolongada presión legislativa mantuvieron a la Casa Blanca bajo escrutinio, hasta que la Cámara de Representantes alcanzó el 18 de noviembre los 218 votos necesarios para aprobar una ley que obliga a publicar íntegramente los archivos del pederasta.
Deteriorado tras perder las elecciones en Nueva York, los comicios locales más importantes del año, junto con la caída de popularidad por el cierre de Gobierno más prolongado de la historia, Trump decidió autorizar la liberación de los archivos, que ahora están bajo custodia del Departamento de Justicia.
Sin embargo, aún no se ha definido el mecanismo para su publicación ni si serán divulgados sin restricciones.
La tensión por las posibles implicaciones del mandatario republicano en los archivos provocó fracturas dentro del movimiento MAGA. Una muestra de ello fue el distanciamiento con la representante del estado de Georgia, Marjorie Taylor Green —antes una ferviente defensora de Trump—, quien renunció a su cargo y optó por apoyar a las víctimas del caso Epstein en medio de ataques del propio presidente hacia ella.
Los más de 20.000 correos divulgados en octubre involucraron a varias figuras públicas y políticas estadounidenses, entre ellas Larry Summers, exsecretario del Tesoro y expresidente de Harvard University, quien se vio obligado a renunciar a su puesto de profesor tras revelarse que había mantenido correspondencia con Epstein sobre asuntos personales y sociales.
También aparecen en la lista de conocidos de Epstein el magnate tecnológico Peter Thiel; Steve Bannon, exasesor de la Casa Blanca e ideólogo del mundo MAGA; el multimillonario Elon Musk y otros ejecutivos y donantes prominentes que figuran en los archivos como parte de la red de relaciones sociales y políticas de Epstein.
Sacudida en la Casa Real británica
La repercusión de los correos de Epstein llegó hasta el otro lado del Atlántico con la publicación de las memorias póstumas de Virginia Giuffre, quien años atrás había asegurado que el príncipe Andrés abusó de ella siendo menor de edad, tras haber sido ‘prestada’ por Epstein, quien también la había violado repetidamente.
En estas memorias, tituladas ‘Nobody’s Girl’ (Chica de nadie), Giuffre narra con detalle las tres ocasiones en que Andrés la violó, en distintos lugares, una de ellas en medio de una orgía donde ella estaba rodeada de chicas extranjeras aparentemente menores y que apenas hablaban inglés.
Andrés había negado repetidamente las acusaciones de Giuffre, pero el hecho de que en 2019 renunciara a sus títulos reales y en 2022 acordara un arreglo millonario con Giuffre —se habló de 12 millones de euros— generaba dudas sobre la honestidad del príncipe.
Las memorias, publicadas tras el suicidio de Giuffre y en medio de una ola internacional de solidaridad hacia ella, volvieron a poner al príncipe bajo escrutinio, y el propio rey Carlos, cansado de que su hermano continuara dilatando la situación, tomó en octubre de 2025 una decisión sin precedentes: le retiró el último título de ‘príncipe’ y le ordenó abandonar la mansión que ocupaba en las propiedades de la Corona, por las que pagaba un simbólico grano de pimienta.
El príncipe destronado pasará a ser conocido como Andrés Mountbatten-Windsor. Esta nueva combinación de apellidos, con reminiscencias aristocráticas, parece haber sido la última concesión del rey Carlos a su hermano rebelde, el favorito de su madre, cuya conducta ponía sistemáticamente en aprietos a una monarquía que aún cuenta con el favor popular, aunque sin el fervor que despertaba la reina Isabel. EFE Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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