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Agentes enmascarados de EE. UU. debilitan el Estado de derecho

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WASHINGTON – Agentes federales de inmigración de Estados Unidos ahora operan habitualmente enmascarados y sin identificaciones visibles, lo que agrava la naturaleza abusiva y la falta de rendición de cuentas en la campaña de deportación masiva del actual gobierno, denunció la organización Human Rights Watch (HRW).

Según un informe de esta organización de derechos humanos, “el carácter indefinido y generalizado de estas prácticas es fundamentalmente incompatible con las obligaciones de Estados Unidos de garantizar que se investiguen los abusos cometidos por las fuerzas del orden y que exista rendición de cuentas”.

Belkis Wille, directora asociada de crisis y conflictos en HRW, afirmó que “este tipo de ocultamiento debería ser una excepción, nunca la norma. Los agentes de las fuerzas del orden deben ser identificables para que puedan responder por sus acciones”.

“Y resulta aún más alarmante dada la generalización de abusos ocurridos durante los arrestos por motivos migratorios en los últimos meses”, añadió.

HRW expuso que desde que Donald Trump asumió nuevamente la presidencia, en enero de 2025, “su administración ha llevado a cabo en todo el país una campaña abusiva de redadas y arrestos migratorios, principalmente contra personas de color”.

“Muchas de las redadas se realizan intencionalmente en lugares donde trabajan, compran, comen y viven personas de la comunidad latina”, puntualizó el informe.

Los agentes han detenido a personas en tribunales y en citas regulares con funcionarios de inmigración, así como en lugares de culto, escuelas y otros espacios sensibles, destacó el texto.

Numerosas redadas se han caracterizado por el uso repentino e injustificado de la fuerza, sin provocación alguna, generando un clima de temor en muchas comunidades inmigrantes.

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Estos operativos de aplicación de la ley migratoria a menudo han involucrado a agentes que usan máscaras y, en algunos casos, visten de civil.

Es común que los agentes oculten las insignias de sus agencias y utilicen vehículos sin identificación para detener a personas en sus automóviles, así como en juzgados, escuelas, lugares de trabajo, hogares, en la vía pública y en el transporte público.

En su sitio web, el ICE justifica la práctica generalizada de enmascaramiento señalando que tiene como objetivo “evitar ser expuestos”.

“Este tipo de justificación amplia e indiscriminada para ocultar la identidad de funcionarios no es compatible con las obligaciones de derechos humanos de Estados Unidos, salvo cuando la medida sea necesaria y proporcionada para responder a consideraciones específicas de seguridad”, explicó HRW.

En cambio, cuando se aplica como una estrategia amplia y automática, tales medidas “constituyen un obstáculo para la rendición de cuentas que resulta incompatible con las obligaciones de Estados Unidos en materia de derechos humanos”, indicó.

Agregó que el anonimato también debilita la disuasión, favorece la impunidad y limita el ejercicio de derechos.

Según el Proyecto de Datos sobre Deportaciones de la Universidad de California, casi 220 000 personas fueron detenidas por agentes del ICE en los primeros nueve meses de la Administración Trump.

Estas detenciones, según el presidente y otros funcionarios, están dirigidas principalmente contra asesinos, violadores y miembros de pandillas, pero investigadores de la universidad encontraron que más de un tercio de los detenidos, casi 75 000 personas, no tenían antecedentes penales.

HRW entrevistó a 18 personas que fueron arrestadas o presenciaron arrestos por individuos no identificables en cinco ciudades de Estados Unidos desde el 20 de enero. Todas describieron los hechos como aterradores, sintiendo que no podrían actuar si sufrían abusos, especialmente si los agentes no eran identificables.

La organización también analizó decenas de videos de interceptaciones y arrestos con agentes enmascarados publicados en redes sociales.

Muchos observadores “han sugerido que el terror que infunden estas tácticas es deliberado”, destacó HRW.

Por otra parte, HRW registró que en los últimos meses se ha informado en medios de comunicación sobre personas que se hacen pasar por agentes federales y que secuestran, agreden sexualmente y extorsionan a víctimas, aprovechándose del temor generado por las medidas de control migratorio.

“Esto demuestra que se pueden desdibujar las líneas entre delincuentes y agentes del orden cuando los propios agentes federales no son identificables”, señaló HRW.

La organización sostuvo que “el Congreso debe investigar la brutalidad en las actividades de aplicación de la ley migratoria en curso, incluidos los impactos específicos de agentes no identificables que realizan interceptaciones y arrestos”.

“Permitir que agentes enmascarados y no identificados deambulen por las comunidades y detengan a personas sin identificarse menoscaba la confianza en el Estado de derecho, genera un vacío donde los abusos pueden proliferar y exacerba la violencia innecesaria y la brutalidad de los arrestos”, concluyó Wille. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

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