Madrid, 22 dic (Prensa Latina) La convivencia con el metaverso, los robots o las criptomonedas parece fusionarse en un abrazo que será omnipresente en 2026, con la Inteligencia Artificial (IA) como protagonista, según reveló hoy un experto.
Antonio Pita, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), anticipó que la IA estará presente en las tendencias del próximo año de manera multifacética.
Entre el entusiasmo, la tensión y la incertidumbre, la IA ha dejado de ser una promesa o una moda para convertirse en una infraestructura invisible que lo atraviesa todo, aunque también plantea el riesgo de cansancio social o saturación digital.
Según el profesor Pita, la primera gran línea de tensión es científica y estratégica. Coexistirán dos rutas de investigación: la de los gigantes que continúan escalando modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM) y la de quienes creen que ese camino no es suficiente para alcanzar la inteligencia artificial general (AGI).
El debate lleva al especialista a dudar de que en 2026 se logre la AGI, aunque prevé que se verán muchos sistemas que imitan el comportamiento humano de forma cada vez más convincente.
Detalló que gigantes como OpenAI o Google apuestan por seguir escalando los LLM, confiando en que con más datos y parámetros surgirá la tan ansiada AGI.
Sin embargo, Ilya Sutskever, excofundador de OpenAI, considera que no hay suficientes datos para alcanzar ese objetivo y que es necesario retomar la investigación en estrategias alternativas.
Por su parte, Yann LeCun, hasta hace poco jefe de IA en Meta, opinó que los LLM no son el camino. Los denomina “alucinadores sin comprensión real” y trabaja en modelos alternativos conocidos como “world models”, que intentan razonar, recordar y planificar como lo haría un ser vivo.
Otro aspecto preocupante es que el avance de la IA ha disparado la demanda de energía y amenaza con saturar la capacidad eléctrica.
El estudio del docente de la UOC señaló que en Estados Unidos, los centros de datos ya consumen más del cuatro por ciento de la electricidad total del país, y podrían superar el 14 % en 2030.
La situación es igualmente preocupante en España, donde el 83 % de los nodos de la red eléctrica están saturados, lo que compromete la instalación de nuevos centros de este tipo.
El país ibérico sueña con ser el hub digital de Europa, pero sin una red que lo soporte resulta complicado. “El reto no es solo tecnológico, es logístico, ambiental y geopolítico; la IA necesita minerales, agua y electricidad. Y esas variables no escalan como los parámetros de un modelo”, apuntó el profesor Pita.
Otro ámbito impactado por la IA es el bursátil, en el que se ha convertido en un termómetro económico de alta sensibilidad.
En 2025, Nvidia llegó a ser la empresa más valiosa del mundo. En 2026, ya no lo será.
Mientras tanto, prosiguió el experto, Alphabet (Google) crece. Su apuesta por los TPU (procesadores propios para IA) comienza a dar frutos. Meta ya ha anunciado que usará sus chips en 2027, lo que impulsó el valor bursátil de Google.
Además, en todo este contexto, la IA genera una cantidad excesiva de contenidos que puede conducir a la saturación digital.
El problema no es solo la desinformación ni que mucho de lo generado por IA carece de contenido, sino el cansancio. Por ello, muchos usuarios piensan que LinkedIn está lleno de publicaciones clonadas.
O, por ejemplo, YouTube, de vídeos sin alma. Y en las redes sociales comienza a prevalecer una sensación de incertidumbre y desconfianza.
Pita sostuvo que el futuro digital podría ser paradójico: cuanto más perfecto sea el contenido, menos interés generará.
“Las personas buscan historias, no algoritmos. Y, si todo suena igual, lo humano vuelve a destacar”, sentenció, adelantando que la IA también marcará un cambio invisible en el empleo y la educación. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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