Hoy deseo que las personas puedan sentarse libremente en su balcón, en la galería o frente a su casa, sin temor a que algo malo les ocurra. Que esos momentos compartidos en familia sean recordados por su alegría, no por una tragedia.
Hoy, 24 de diciembre, día de Nochebuena, no pido que cada quien tenga un plato de comida en su mesa. Por lo general, la gente siempre encuentra algo para comer, especialmente en fechas como estas, cuando los alimentos abundan.
Lo que sí deseo y le pido al Todopoderoso es que nos conceda una noche tranquila, sin balas perdidas, sin violencia, sin imprudencias… Que se haga realidad la célebre frase de Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.
Hoy quiero que las personas se sienten libremente en su balcón, en la galería o frente a su casa, sin miedo a que algo malo les pueda pasar. Que ese compartir en familia quede en la memoria por los buenos momentos, no por una tragedia.
Que esa noche reine la armonía entre vecinos, sin que una música estruendosa provoque desórdenes. Enérgicamente, deseo que las autoridades competentes se enfoquen más en cumplir con su deber para evitar situaciones difíciles y proteger a la población, y no en lo que dirán o publicarán después de las fiestas.
Anhelo que esta Nochebuena sea tan gozosa que todos sintamos vivir en una ciudad maravillosa, sin “tiradores” al estilo del Viejo Oeste. Donde se respire una paz indescriptible, donde cada quien respete el entorno del otro, donde nadie se atreva a atentar contra la vida ajena, donde los niños rían y jueguen sin peligro, donde los jóvenes disfruten las fiestas conforme a su edad y sin riesgos, y donde los adultos se deleiten con la felicidad de ver a sus hijos vivir la Navidad sin la preocupación de que algo grave pueda suceder.
Deseo que en nuestra realidad, esta Nochebuena traiga la paz que necesitamos, la justicia que merecemos, las sonrisas que hemos perdido… Que podamos avanzar hacia una República Dominicana más consciente, más humana, más real y menos ficticia.
Que nadie nos arrebate el derecho a ser libres y a acceder a los derechos que nos corresponden. Que se reconozcan las lágrimas derramadas por tantas familias víctimas de una sociedad desamparada, y que los egos den paso a la humildad para que todos nos abracemos juntos como país, como familia, como hermanos… Feliz Navidad. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.








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