Para María Alejandra y Lucas Emmanuel, este 24 de diciembre termina la “magia” y la ilusión que les transmitían las travesuras de sus elfos, Noel y Caramela.
Las bromas y ocurrencias del ayudante de Santa Claus son una tendencia popularizada en redes sociales, que comienza el 1.º de diciembre y tiene como objetivo observar el comportamiento de los niños e informar si son merecedores de los regalos en Navidad.
Muchos padres han adoptado esta creativa iniciativa para alegrar y mantener una dinámica agradable en el hogar durante el mes de diciembre.
Oscarina Álvarez lleva cinco años sorprendiendo a sus mellizos de nueve años, María y Lucas, con las travesuras de sus elfos. Descubrió esta dinámica a través de las redes sociales y esperó a que sus hijos pudieran aprovechar el vínculo que se podía crear entre ellos.
“Para mí ha sido también como una catarsis, porque quizás esas travesuras que uno no pudo hacer, pues uno las hace con esos muñecos…, se siente superbién. También ver las caritas de ellos, esa curiosidad de levantarse cada mañana para ver dónde amanecieron, qué travesura hicieron, y hacerlos soñar, imaginar, mantener la magia en ellos…”, expresa.
La preparación es bastante extensa y fundamental. Con un mes de anticipación, Oscarina se reúne con dos amigos para hacer una lluvia de ideas; también toman inspiración de plataformas digitales y de Pinterest, siempre añadiendo su toque personal para hacerlo diferente. Luego crea un calendario e imprime todos los materiales que necesita, como notas, cartas y otros elementos.
Destaca que siempre busca que, más allá de simplemente hacer una broma, se refuercen valores o comportamientos en sus hijos.
“Por ejemplo, el año pasado trabajé el uso de los cepillos de dientes, para que ellos tuvieran el cambio de su cepillo, ya que son niños más grandes y así crear ese hábito; también el tema de la puntualidad para el colegio. O sea, voy haciendo un trabajo para que los elfos refuercen valores”, resalta la madre.
Cuenta con emoción que sus mellizos se levantan muy contentos, esperan con ansias que llegue el primero de diciembre, cuando “llegan” los elfos, y se van el 24.
Generalmente, armar las travesuras le toma a Oscarina entre 30 minutos y una hora, dependiendo de qué tan elaboradas sean.
“Me despierto a las 5:00 de la mañana de manera habitual. Y a veces, cuando se me pasa porque estaba muy cansada, elijo una de las ideas fáciles y en 20 o 30 minutos ya está montado. Pero siempre la planificación es lo más importante y tener varias opciones”, afirma.
Aunque podría parecer muy trabajoso o que demanda mucho tiempo, Oscarina señala que lo disfruta mucho y es algo que se ha vuelto parte de su familia. Lo describe como una forma de transmitir a los niños la magia de la Navidad, que probablemente ellos luego les pasen a sus propios hijos.
Comenzó con un muñeco al que sus hijos “bautizaron” como Noel. Luego llegó una chica llamada Caramela. Los niños son quienes les ponen el nombre. En este 2025, Noel y Caramela se casan en el Polo Norte, y en esta Nochebuena llegaron a la casa de María y Lucas para informarles que “tuvieron” un bebecito, como una representación de la Sagrada Familia, con el nacimiento del niño Jesús.
De esa manera, Oscarina quiere cerrar el ciclo de las travesuras en su hogar.
Oscarina ha inspirado a otras madres. Cuenta que ayuda a un grupo de cinco madres que se han estrenado en el mundo mágico del ayudante de Santa. Agrega que la actividad integra a padres y madres como un equipo, lo que contribuye a la unión familiar y a mantener el espíritu navideño. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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