Fuente: Hoy Digital
En República Dominicana, el 25 de diciembre cuenta con un protagonista indiscutido, aunque no figure en ningún calendario oficial ni haya sido declarado por alguna institución: el famoso “calentado”.
Después de la copiosa cena de Nochebuena, los dominicanos no desperdician nada. Al contrario, transforman las sobras en una segunda celebración culinaria que para muchos resulta igual o incluso más sabrosa que la comida del día anterior.
Desde temprano en la mañana del Día de Navidad, en miles de hogares se repite la costumbre: se vuelve a calentar el pollo horneado, la pierna de cerdo, el moro de guandules, la lasaña, el pastelón, los pasteles en hoja y hasta la ensalada rusa… todo regresa al fuego para preparar el esperado calentado.
Aunque algunos prefieren disfrutarlo en el desayuno, otros lo dejan para el almuerzo o incluso para la cena, demostrando que en estas fechas la comida “no tiene horario”.
El calentado no solo simboliza aprovechar al máximo los alimentos, sino también prolongar el momento de compartir en familia. En muchas ocasiones se degusta con los mismos invitados de la noche anterior o con quienes no pudieron asistir a la cena de Nochebuena.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.










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