Los trastornos de salud mental pueden manifestarse en los deportistas de élite a través de una variedad de señales que afectan tanto su vida personal como su desempeño deportivo. A continuación se describen los síntomas más frecuentes, agrupados por áreas: 1. Cambios emocionales – Sentimientos persistentes de tristeza, desánimo o vacío. – Irritabilidad, explosiones de enojo o explosiones emocionales inesperadas. – Sensación de culpa excesiva o autocrítica desmedida. – Pérdida del placer en actividades que antes disfrutaba, incluso fuera del deporte. 2. Dificultades cognitivas – Problemas para concentrarse, mantener la atención o tomar decisiones rápidas. – Pensamientos negativos recurrentes, autodestructivos o catastrofistas. – Dificultad para planificar entrenamientos o estrategias de competición. 3. Alteraciones conductuales – Aislamiento social, evitando a compañeros, entrenadores o familiares. – Cambios bruscos en los hábitos alimenticios (pérdida o aumento de peso) o en la ingesta de sustancias (alcohol, drogas, medicamentos). – Abandono o reducción repentina del entrenamiento, o, por el contrario, sobre‑entrenamiento compulsivo. – Conductas de riesgo, como jugar bajo la influencia del alcohol o el uso de sustancias dopantes. 4. Síntomas físicos – Fatiga constante que no se explica por la carga de trabajo. – Trastornos del sueño: insomnio, despertares frecuentes o hipersomnia. – Dolor somático sin causa aparente (dolor de cabeza, dolor muscular, problemas gastrointestinales). – Cambios en el rendimiento: caídas inexplicables en la velocidad, fuerza o precisión. 5. Señales específicas en el entorno deportivo – Pérdida de la motivación o del sentido de objetivo en la carrera. – Aumento de la autocrítica frente a errores durante la competición. – Negativa a recibir feedback o a participar en sesiones de evaluación psicológica. – Dificultad para manejar la presión de los patrocinadores, la prensa y la expectativa del público. Cuándo buscar ayuda – Si cualquiera de estos síntomas persiste más de dos o tres semanas. – Cuando los signos interrumpen la rutina de entrenamiento, la vida familiar o social. – Si aparecen pensamientos suicidas o conductas autolesivas. Pasos recomendados 1. Hablar con un profesional: psicólogos deportivos, psiquiatras o terapeutas especializados. 2. Informar al cuerpo técnico o al equipo médico: para que se diseñe un plan de apoyo y adaptación. 3. Mantener una red de apoyo: familiares, amigos y compañeros de equipo. 4. Practicar hábitos de autocuidado: sueño regular, alimentación balanceada, técnicas de relajación y actividades recreativas fuera del deporte. Reconocer estos síntomas a tiempo permite intervenir antes de que el problema se agrave, favoreciendo tanto la salud mental del atleta como su rendimiento competitivo

Con la euforia que acompaña a cada logro, es importante reconocer que están expuestos a distintos grados de presión.

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Categoría - Salud

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