Valencia, 22 Ago (EUROPA PRESS) -.
Expertos del Hospital de Manises (Valencia) alertan sobre la deshidratación en los bebés, afirmando que en verano “es necesario mantener una buena hidratación entre madre e hijo para evitar peligros durante los días de más calor”.
Los expertos explican que durante la época estival existen condiciones que pueden afectar al estilo de vida de las madres y de los bebés aún lactantes.
El calor, la humedad, los viajes, la exposición al sol, el aumento de la sudoración y los cambios de horario pueden alterar estos hábitos, lo que puede derivar en graves problemas de salud.
Los expertos desaconsejan la exposición excesiva al sol para prevenir las lesiones cutáneas y su repercusión en la salud de los bebés. Hay que evitar salir durante las horas más calurosas del día y, si hay que hacerlo, utilizar equipos de protección como sombreros y sombrillas”.
Los signos de deshidratación en los niños son la disminución de la actividad y la irritabilidad del bebé, la sed, la sequedad de la piel y las mucosas, la disminución de la diuresis (color más oscuro y olor más fuerte) y la fiebre (temperatura corporal superior a 37 °C).
En cambio, si la hidratación va bien, el bebé está de buen humor (contento y activo) y tiene la boca húmeda,
hace varias deposiciones con cada toma o con cada comida.
Según los especialistas, la deshidratación, en su estado más grave, puede causar daños “irreversibles”. Por ello, los padres y cuidadores deben prestar atención a los signos de buena y mala hidratación y actuar con prontitud en consecuencia en caso de deshidratación.
Respecto a la lactancia materna en verano, la doctora Blanca Garrido, pediatra especialista y coordinadora de la Unidad de Cuidados Intermedios Pediátricos y Neonatales del Hospital de Manises, señala que las madres lactantes ‘deben mantener una dieta rica en alimentos frescos y saludables e hidratarse con frecuencia’.
‘La lactancia materna tiende a aumentar durante los meses de verano porque los bebés incrementan sus requerimientos para compensar la pérdida de líquidos’, explica, y señala que se debe prestar atención a los bebés ‘dándoles el pecho con frecuencia y alimentándoles con leche materna a demanda’.
La leche materna contiene un 85% de agua, por lo que ‘la leche materna ayuda al lactante a mantenerse hidratado’, señala la experta.
Por ello, a la hora de dar el pecho en verano, aconseja ‘buscar un lugar y una postura cómodos’, ‘dar el pecho en un lugar a la sombra o fresco y evitar el contacto directo con ventiladores o aire acondicionado’. En cuanto a las posturas, recomienda utilizar un “balón de rugby” y que el bebé se tumbe de lado para “evitar el contacto cuerpo a cuerpo”.
Por último, recomienda que “si no se utiliza la leche materna, debe refrigerarse o congelarse y conservarse adecuadamente, en función del tiempo transcurrido entre el ordeño y la toma, para que no pierda sus propiedades ni se estropee”.
