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La tecnología de conducción sin manos llegará a España

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La conducción de vehículos autónomos sin manos con la ayuda de los ojos, que ya es una realidad en Estados Unidos y Reino Unido desde hace unos meses, será una real.

VALÈNCIA (EFE/David Álvarez). La conducción de vehículos autónomos sin manos con la ayuda de los ojos, que ya es una realidad en Estados Unidos y Reino Unido desde hace unos meses, será una realidad en las carreteras españolas dentro de un año gracias a una tecnología que Ford confía en homologar en España.

El fabricante de automóviles ha asegurado que la tecnología Blue Cruise se homologará en España «muy pronto», después de que esta semana Alemania haya estrenado Blue Cruise en la Unión Europea.

De hecho, el responsable de relaciones con la Administración española de Ford, Fernando Acebrón, ha explicado a EFE que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (MINCOTUR) y la Dirección General de Transportes (DGT) ya han podido observar una demostración.

Ford España ha estado trabajando en esta homologación «en estrecha, fluida y cooperativa relación con las autoridades durante todo el verano», ha explicado Acebrón.

De hacerse realidad, España será el segundo país de la UE en introducir esta tecnología, por delante de otros países del Viejo Continente.

La prueba de una hora realizada por EFE en un Ford Mustang Mach-E por las carreteras de Colonia confirmó que una cámara de infrarrojos insertada en el volante controlaba la dirección de la visión, y que el coche circulaba de forma autónoma cuando el conductor levantaba la mano tras esta acción.

La conducción autónoma de nivel 2 es aquella en la que las manos y los ojos pueden ser retirados temporalmente del vehículo por un asistente del conductor capaz de controlar los movimientos laterales y longitudinales necesarios para cambiar de carril y adelantar a otros vehículos.

Pradeep Nord, responsable de desarrollo de esta tecnología, explicó a EFE que «en cualquier caso, el conductor sigue teniendo el control, no puede hacer otra cosa y necesita estar constantemente alerta ante situaciones imprevistas y obstáculos que puedan aparecer en la carretera».

El conductor no tiene que mantener las manos en el volante durante los trayectos largos y puede relajar su postura en los viajes largos.

El coche puede frenar, acelerar y mantenerse en su carril», explica Aranza Domínguez, el ingeniero español que ha participado en el desarrollo y la implantación de esta tecnología. Esto es gracias a herramientas como el control de crucero adaptativo, el mantenimiento de carril central y el cambio de carril.

BlueCruise está homologado para su uso en las llamadas «zonas azules». Las zonas azules son carreteras cartografiadas por Ford, lo que en Alemania significa el 95% de las autopistas del país. En el Reino Unido, se puede utilizar en las carreteras «M» desde abril del año pasado.

Según Domínguez, el software está ‘totalmente desarrollado’ para su uso en autopistas en todos los vehículos Ford equipados con los sensores necesarios para su funcionamiento.

‘La razón por la que no lo ofrecemos en otras carreteras es que de momento no se puede mover el coche de forma autónoma en curvas muy cerradas. El conductor tiene que ayudar con la dirección’, explica Domínguez sobre las limitaciones de la tecnología.

Además de en Alemania, la tecnología también se está probando en China y Estados Unidos, donde una base de clientes que ha recorrido 270 millones de kilómetros ha contribuido al desarrollo del sistema. Hasta que se activa la tecnología BlueCruise, el coche circula como cualquier otro vehículo eléctrico o Ford de conducción autónoma.

El sistema puede activarse mediante un botón en el volante, que puede utilizarse para fijar una velocidad de conducción constante. Alternativamente, el sistema puede fijar la velocidad en función de las señales de tráfico visibles.

Mientras el conductor mantenga la vista en la carretera y permanezca en la llamada «zona azul», podrá ver el panel del salpicadero iluminado con una luz azul, apartar las manos del volante y los pies de los pedales.

Si el conductor aparta los ojos de la carretera, suena un aviso acústico al cabo de seis segundos, seguido de dos avisos consecutivos de frenada suave y, por último, comienza la deceleración hasta que el conductor recupera el control.

La tecnología BlueCruise se limita a leer rutas de un solo carril detectadas por GPS, por lo que para adelantar a otro vehículo, el conductor debe recuperar el control e incorporarse al carril contrario. Lo mismo ocurre con los desvíos.

Según Acevron, las carreteras españolas y su legislación están preparadas para incorporar esta nueva tecnología, y ahora que Alemania está a punto de lograr la homologación, otros países de la UE también pueden solicitarla. Según la ley, la homologación debe concederse tras un estudio.

Ford está actualmente cartografiando las carreteras españolas para poder incorporarlas al sistema GPS Bluecruise, pero la compañía asegura que «aún queda trabajo por hacer» y que algunas zonas no se pueden utilizar debido a las curvas de ángulos pronunciados.

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