VALENCIA, 24 Sep (EUROPA PRESS)-.
Un equipo de investigación de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha propuesto una nueva estrategia de suministro para redes de monitorización de suelos. Su investigación propone un sistema de monitorización que incluye la arquitectura, el diseño de nodos y un algoritmo para determinar las necesidades de riego en base a las recomendaciones de la FAO y los datos sensados.
La agricultura de precisión es un término que define la gestión de la producción agrícola basada en la observación, la recopilación de datos y la posterior actuación para mejorar la eficiencia de los cultivos en términos agronómicos, medioambientales y económicos.
Este tipo de agricultura requiere una tecnología avanzada para monitorizar los cultivos y optimizar el uso de los recursos, con el objetivo de conseguir, entre otras cosas, un riego más eficiente y, por tanto, un buen rendimiento de los cultivos, señala la universidad en un comunicado. Entre las tecnologías necesarias para la agricultura de precisión, los sistemas de Internet de las Cosas (IoT) tienen un gran potencial. Sin embargo, en algunas zonas, como las rurales, su implantación es más compleja debido a la influencia de la vegetación y otros factores. En concreto, las aplicaciones de monitorización del suelo pueden sufrir interferencias debidas a la densidad de las hojas y a la altura y anchura de las plantas.
Para este proyecto, el equipo evaluó distintas disposiciones de redes de sensores inalámbricos (WSN) con el fin de determinar la influencia del entorno rural en las señales y los requisitos básicos para el diseño de dichas redes. También analizaron el rendimiento de distintos tipos de vegetación (naranjales, matorrales, praderas) y distintas ubicaciones de los nodos Wi-Fi (sobre el suelo, cerca del suelo, en el suelo).
Jaime Rollet, catedrático de la Facultad de Telecomunicaciones y director del Instituto para la Gestión Integrada del Litoral (IGIC) de la UPV, destacó que “el estudio demostró que la vegetación crea una gran variabilidad en zonas con alta densidad de hojas”. Los sensores instalados en el suelo tenían problemas de cobertura, incluso en la vegetación, donde la mayor parte del follaje se encuentra a gran altura. En el caso de los naranjales, lo mejor es desplegarlos cerca del suelo”.
Sin embargo, la estrategia de despliegue en el suelo y cerca del suelo en los naranjales mostró grandes variaciones en la calidad de la señal, incluso cuando no había obstrucciones entre el transmisor y el receptor.
Sin embargo, a la hora de diseñar un despliegue eficaz de WSN, hay que tener en cuenta aspectos del entorno rural y del despliegue que afectan a la señal, como la altura de los nodos, el tipo de cultivo, la densidad de hojas y los patrones de riego”, concluye Rollet.