Ciudad de México – El 2 de octubre de 1968, México vivió uno de los hechos más sangrientos de su historia. Conocida como la «Masacre de Tlatelolco», ha sido condenada por diversas instituciones y organizaciones por la brutalidad con la que fueron perseguidos los estudiantes.
Cada año, los estudiantes rinden homenaje a los que murieron en la represión del ejército mexicano. A través de sus marchas, alzan la voz contra la impunidad de decenas de víctimas y buscan recordar las causas que dieron origen a este movimiento.
En octubre de 1968, la comunidad estudiantil se unió a las protestas en todo México, particularmente en la Ciudad de México. El conflicto continuó durante varios meses debido a las incursiones militares contra los centros educativos.
Como resultado, quienes se unieron a la causa del Consejo Nacional de Huelga exigieron la libertad de todos los presos políticos, la desaparición de los Guardias Granaderos y la destitución de los jefes de policía Luis Cueto, Raúl Mendiorea y A. Frías, la indemnización de las familias de todos los muertos y heridos y la destitución de los funcionarios culpables de los sangrientos sucesos.
El 2 de octubre, el Comité Nacional de Huelga convocó un mitin en la Plaza de la Cultura 3 de Tlatelolco. Estudiantes, profesores, intelectuales, amas de casa, trabajadores, profesionistas y diversos grupos de instituciones educativas como la UNAM y el IPN participaron en esta manifestación masiva. Sin embargo, fueron reprimidos violentamente por el ejército. Se lanzaron bengalas al cielo y se produjo un tiroteo.
Más de 300 personas perdieron la vida como resultado de la Operación Galeana. El ejército y el Batallón Olimpia se infiltraron entre la multitud con guantes blancos en la mano y abrieron fuego para capturar a los miembros del Consejo Nacional de Huelga.
El consejo estaba formado por estudiantes de la UNAM, el IPN, El Colegio de México, la Escuela Agraria de Chapingo, la Universidad Iberoamericana, la Universidad La Salle (México) y la Escuela Normal.
Mientras las manchas de sangre cubrían la plaza, el entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, justificó la presencia del ejército como parte de la seguridad de las instalaciones para los Juegos Olímpicos que se celebrarían ese mismo año.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos condenó los hechos de la matanza de Tlatelolco como una violación flagrante al derecho a la vida, a la libertad de expresión, a la seguridad jurídica, a la libertad, a la legalidad, a la integridad personal y a la protección contra la detención arbitraria. Además, en 2018, Jaime Rohin, Presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), se reunió con víctimas y ex dirigentes estudiantiles de 1968 para exigir la reparación del daño y una disculpa formal por parte del gobierno federal.
A raíz de este sangriento suceso, y como condena a la violencia perpetrada por el gobierno federal, cada año jóvenes y estudiantes salen a las calles en memoria de las víctimas, y la frase «¡Recuerda el 2 de octubre! se presenta como un grito contra la impunidad, el olvido y la amnesia colectiva. La jornada recuerda así la lucha por el derecho a la libertad de expresión, a la educación y al acceso a la justicia.