En la coyuntura actual, es lógico que los responsables de la política económica, como los bancos centrales, hagan hincapié en las cifras desde su propia perspectiva, sobre todo en época electoral, con el objetivo de enviar un mensaje optimista a los agentes económicos, pero también es posible una lectura más global que permita extraer otras conclusiones posible.
En su tradicional discurso con motivo del aniversario del Banco Central, el Gobernador destacó que, gracias a las medidas restrictivas de política monetaria, la inflación bajó del 9,64% en abril de 2022 al 4,41% en septiembre de 2023. Sin embargo, los datos de los meses anteriores muestran que la inflación pasó del 3,95% en julio al 4,27% en agosto y al 4,41% en septiembre, agravada por la subida del 8,7% de los alimentos en septiembre.
Misión imposible en Haití.
En Estados Unidos, la Reserva Federal (FED) consiguió reducir la inflación del 6,4% en enero al 3,0% en junio, pero subió al 3,2% en julio y al 3,7% en agosto y septiembre, lo que bastó para hacer saltar las alarmas. Recientemente, el Gobernador de la FED, Jerome Powell, declaró en una sesión del Club Económico de Nueva York: «La inflación sigue siendo alta y aún nos queda camino por recorrer para situarla en el 2%».
Pasando a otros discursos, el Gobernador informó de que el banco central había asignado 126.000 millones de rands a diversos sectores a un ritmo de hasta el 9%, con otros 40.000 millones de rands asignados a sectores específicos en octubre.
El Gobernador destacó que el periodo comprendido entre el 31 de mayo y el 30 de septiembre era el correcto, y que los tipos de interés habían bajado gracias a estas inyecciones, pero en el caso de los aumentos de la base monetaria total (M1, M2 y M3), mostró tasas anualizadas hasta septiembre, comparando el periodo de política monetaria restringida con el de política monetaria flexible.
Por ejemplo, la base monetaria restringida disminuyó un 5,98% y los billetes emitidos disminuyeron en 1.387 millones de rands, mientras que el medio en circulación (M1) aumentó un 2,1%.
En cuanto a la masa monetaria ampliada (M2), aumentó un 5,44%, debido básicamente a un incremento del 8,98% de los «otros depósitos denominados en moneda local» (del Banco Central).
La política del Banco Central consiste en neutralizar las inyecciones de crédito aumentando las variables que reducen la oferta monetaria, como el aumento de la deuda en 57.449 millones de LE (1.054 millones de LE en septiembre) y de los depósitos a la vista en 32.529 millones de LE, para evitar una reacción inflacionista.
Además, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) subió un 3,1% en septiembre, el más alto de este año, pero la tasa de crecimiento acumulado en septiembre fue del 1,7%, un indicador de que la política monetaria por sí sola no está estimulando la economía, y para alcanzar el objetivo a la baja del Ministerio de Economía de un crecimiento del 3%, la tasa media de crecimiento en el trimestre anterior fue del 6,9%. tendría que aumentar», según el informe.