Testimonio. Tenía 16 años cuando su madre notó algo raro en sus pechos. Desde entonces, ha vivido una pesadilla. Sin embargo, lo que más la ha atormentado fue el incidente justo cuando iba a jugar al voleibol fuera del país por primera vez. Nunca ha perdido la fe y cree que algún día cumplirá su sueño.
Puede parecer frágil, pero su fuerza mental no tiene parangón. Tiene una fuerza que pocos adultos poseen. Zissy de los Santos Remy (17 años) no se deja intimidar por su batalla de un año contra el cáncer, que le ha afectado a ambos pechos, ni por sus sueños de convertirse en una gran jugadora de voleibol y en una destacada diseñadora de moda.
En la flor de su juventud, es desgarrador saber que se enfrenta a una enfermedad que podría arrebatarle sus sueños. Pero ella no dejará que eso ocurra. Tiene un plan firme: lo que más deseo ahora es conseguir una beca internacional para estudiar diseño de moda y jugar al voleibol al mismo tiempo”. Desde hace algún tiempo, está haciendo cursos en ese campo para hacerse una idea de la profesión que ha elegido. Si no puede irse al extranjero, le gustaría estudiar en Chabón.
Hace cuatro meses la operaron para extirparle masas de ambos pechos. Y ya vuelve a tener masas en ambos pechos. Confía en que todo saldrá bien. Tiene plena fe en Dios y en los médicos que la tratan en el Hospital Dr. Heriberto Peter.
La adolescente tiene ganas de disfrutar de la vida y de darlo todo en el campo de juego.
Le han vuelto a salir bolas en los dos pechos. Sabremos la evolución en junio. Sigo esperando que todo salga bien”. Lo dice con rotundidad, sin desánimo.
Por supuesto, no niega que ha llorado mucho hasta ahora. Lo más duro fue cuando me enteré de que no podría jugar fuera del país con mis compañeras, y me puse muy triste, igual que ellas”, dice. Nunca pierde la fe.
¿Cómo se enteró?
Mi madre se enteró cuando yo tenía 16 años. Estaba a punto de bañarme y me llamó para preguntarme qué pasaba. Me senté a su lado con una toalla sobre la cabeza y, mientras hablábamos, dejó caer la toalla y empezó a tocarme los pechos. Me dijo: “¿Qué es eso? ‘ y empezó a tocarme los pechos y vi sus grandes pelotas. Es cristiana, es cristiana.
Es cristiana.
Su madre, Elsie Remy, la llevó entonces al médico. El médico le hizo todas las pruebas necesarias y descubrió que había células cancerosas. Tuvieron que operarla para extirpar la masa maligna.
Estaba muy asustada. Lloraba todas las noches, pero no se lo mostraba a mi familia. Puede que sea fuerte delante de todos, pero soy humana. Siempre se lo contaba mucho a mis amigos, pero seguía llorando. Nunca pensé que me pasaría esto porque me cuido mucho y mi madre siempre me lleva a las revisiones”.
A pesar de su tristeza, colaboró en todo para que las cosas mejoraran. Espero que el nuevo tratamiento me dé mejores resultados. Espero que cuando vuelva en enero no haya nada y no me tengan que operar. Nunca deja de rezar.
Que te veas bien por fuera no significa que estés bien por dentro.
A nadie le gustaría ser como Zeece de los Santos. Pero no mucha gente tiene su fuerza. Lo que ha vivido desde los 16 años no es nada fácil. Le diagnosticaron cáncer en ambos pechos y tuvo que seguir adelante, dejando aplazados sus sueños. Lo suficientemente fuerte como para no dejar nunca de hacer lo que le gusta y sabe hacer.
Su pasión es el voleibol, pero en la universidad se siente atraída por la moda. Por eso, asiste los martes y los jueves para aprender sobre moda. No ha descuidado sus estudios secundarios. Está en el último curso de secundaria, terminará el bachillerato e irá a la universidad para convertirse en toda una diseñadora. Y, por supuesto, no se ha olvidado de su deporte favorito. De hecho, quiere hacerlo lo suficientemente bien como para ver si el año que viene puede representar a su país e ir con el equipo. Está trabajando para conseguirlo.
A pesar de su corta edad, la protagonista de esta historia se muestra agradecida. Reconoce que sin el apoyo de su familia le habría sido imposible llegar tan lejos y afrontar esta lucha. Su madre es su principal pilar de apoyo. Por no hablar de su única hermana, Lacey, que es mayor que ella. También hay que destacar que su tío, Héctor Montero (hermano de su padre), se ha dedicado en cuerpo y alma a ella. De hecho, esto se debe a que su padre, Víctor de los Santos Montero, está fuera del país. Él vive en Chile desde hace ocho años y ella no lo ve desde hace cuatro. Sueña con ver a su padre. Cuando lo hace, se siente incómoda. Mi padre se fue a Chile para que tuviéramos una vida mejor. Está haciendo todo lo posible para que yo consiga la beca que quiero y para que mi hermana y yo podamos ir con mi padre. Sé que mi padre trabaja mucho. A pesar de la depresión que la ha golpeado, no ha perdido la fe.
Afortunadamente, la familia de Geecee ha podido pagar su tratamiento, pero ella admite que no ha sido fácil y que sus posibilidades económicas se han reducido en el proceso. Así que, aunque estuviera sana y pudiera jugar fuera del país, a veces pienso que no podré por el gasto, pero nada, Dios me dirá lo que tengo que hacer”. Ahora, una chica que vive en la zona de Villas Carmen, cerca de Charles de Gaulle, quiere curarse.
¿Qué consejo tiene para los jóvenes?
Su respuesta a la pregunta: “Revísate los pechos y cada parte de tu cuerpo. Porque a veces crees que estás bien porque estás guapa por fuera, pero no sabes cómo estás por dentro”. Según la adolescente, las revisiones periódicas pueden ayudar a detectar anomalías rápidamente y encontrar soluciones.
El cáncer de mama en adolescentes no es frecuente, pero a esta joven le ha cambiado la vida, no sólo por no poder hacer ya ciertas cosas, sino también por su alimentación. Tomó conciencia de ello.
No quiero que nadie más pase por lo que yo pasé y estoy pasando ahora. Para mí es importante dejar de comer comida basura, beber muchos refrescos y consumir muchas sustancias nocivas. Conocí a otros jóvenes en el hospital y su situación era casi igual a la del trastorno alimentario”.
Esto la hizo reflexionar sobre la situación.
Porque en el proceso se dio cuenta de que era mejor poner freno a esos hábitos alimentarios excesivos antes de caer enferma como le ocurrió a ella, en lugar de exponerse a enfermedades agresivas como el cáncer, que podrían arrebatarle sus sueños e incluso su vida.