Nueva York 15 nov 2023 Actualizado 04:37 am 16 nov 2023
Las conversaciones directas que Joe Biden y Xi Jinping mantuvieron el miércoles en California estabilizaron las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y China y pusieron fin, al menos temporalmente, al deterioro que ha provocado varias tensiones en el último año. Los dos líderes se reunieron durante casi cuatro horas, y Biden destacó posteriormente en rueda de prensa que el encuentro había sido el más constructivo y productivo” que había mantenido nunca con su homólogo chino. Y aunque las conversaciones no alcanzaron ningún hito importante, sí produjeron algunos resultados tangibles y lo que Biden calificó de importantes avances (como el retorno de la comunicación directa entre los ejércitos de ambos países)”.
Estamos en competencia, pero mi responsabilidad es hacer que esta relación sea razonable y manejable, para que no acabe en confrontación.
En respuesta a una última pregunta fuera de micrófono sobre si seguía considerando a Xi Jinping un dictador, ya que había provocado la ira de Pekín en junio, Biden respondió. Es un dictador en el sentido de que dirige un Estado comunista basado en una forma de política muy diferente a la nuestra””.
El diálogo bilateral fue un tema espinoso, que recordó que siguen existiendo importantes puntos de fricción entre ambos países en cuestiones económicas y comerciales, posturas divergentes en conflictos como la guerra de Rusia en Ucrania y la de Israel en Gaza, y especialmente sobre Taiwán.
Según un comunicado difundido por la Casa Blanca, Biden pidió a Pekín moderación en las actividades militares en el estrecho de Taiwán”e instó a Pekín a no interferir en las elecciones presidenciales que se celebrarán en Taiwán en enero, pero expresó a Xi su oposición a cualquier cambio unilateral del statu quo.
Según informaron los medios estatales chinos sobre la reunión, Xi pidió a Estados Unidos que tomara medidas concretas”para reafirmar que no apoya la independencia de Taiwán y reiteró su llamamiento a Washington para que suspenda la venta de armas a Taiwán.
Pero la reunión, al margen del Foro de Cooperación Asia-Pacífico, sirvió también para recomponer las relaciones tras un año de turbulencias. Y se alcanzaron varios acuerdos concretos, aunque modestos, entre ellos dos destacados por Biden.
Uno fue la reanudación de las comunicaciones militares directas tras más de un año de suspensión, que China suspendió en respuesta a la visita de Nancy Pelosi a Taiwán. Como recordó Biden, esta situación aumentaba el riesgo de que los errores de cálculo y de comunicación desembocaran en accidentes y conflictos, y los demócratas acogieron con satisfacción la vuelta a unas comunicaciones directas abiertas y claras”.
Otro logro demostrado por los estadounidenses fue la intensificación de la represión en China contra los productores del precursor químico del fentanilo, un potente opioide sintético que está en el epicentro de la adicción generalizada y las sobredosis mortales en Estados Unidos, y los fabricantes de máquinas para comprimir pastillas. Además, se creará un grupo de trabajo para coordinar las comunicaciones y la aplicación de la legislación antidroga. Lo que Biden no mencionó en la rueda de prensa fue el acuerdo de cooperación para hacer frente a la emergencia del cambio climático, anunciado el día anterior. Los dos países han anunciado su intención de acelerar el despliegue de energías renovables a lo largo de la década”para reducir todas las emisiones de gases de efecto invernadero, pero algunos expertos creen que le faltan elementos que serían decisivos, como el anuncio de China de que frenará el uso generalizado del carbón.
Del mismo modo, aunque Biden subrayó que había aceptado crear un grupo de trabajo para abordar los peligros de los sistemas de inteligencia artificial y mejorar la seguridad, uno de los objetivos de la participación estadounidense en la cumbre -iniciar conversaciones concretas con China sobre la limitación del uso de software de IA en las armas nucleares- no se ha cumplido. Esto no se ha conseguido. Pekín se ha negado a crear canales de comunicación específicos para abordar esta cuestión.
La reunión en la residencia de Filoli al norte de San Francisco, cerca de la Universidad de Stanford, fue claramente un punto de inflexión para los dos líderes, que no habían intercambiado ni una sola llamada telefónica en 12 meses. Los dos líderes mantuvieron más de dos horas de conversaciones bilaterales, flanqueados por sus principales asesores, además de un almuerzo de una hora con un pequeño grupo de colaboradores, y desde el principio hubo signos de acercamiento.
Xi Jinping abrió la reunión asegurando a la cámara que creía firmemente en un futuro prometedor para las relaciones bilaterales”, afirmando. No hay opción para que dos grandes países como China y Estados Unidos se den la espalda. La Tierra es lo suficientemente grande para que ambos países tengan éxito, y el éxito de uno es una oportunidad para el otro”.
No cabe duda de que las tensiones continuarán. Cuando se le preguntó a Biden en la rueda de prensa si podía confiar en que Xi Jinping aplicaría el acuerdo, recurrió a las palabras confiar y verificar”y también utilizó la palabra dictador. Los informes de la cumbre también indican que los dirigentes chinos han expresado su descontento con las restricciones estadounidenses a la inversión por motivos de seguridad nacional, las restricciones a la exportación de tecnología avanzada”que, según ellos, niegan a los ciudadanos chinos el derecho al desarrollo, y las sanciones”que, según Pekín, podrían perjudicar los intereses legítimos de China.