Simplemente comprenda que la mayoría de las personas verdaderamente encarnadas como “despiertas/woke” tienen problemas mentales y requieren atención psiquiátrica. Esto no tiene nada que ver con el feminismo, la misoginia o cualquier otro ismo que exista.
Creo que el movimiento de “despertar” es sólo un espacio para dar a las personas con discapacidad mental la llamada “voz”, pero da la casualidad de que también conlleva una intención ambigua de obligar a otros a acatar sus reglas. Y así no es como funcionan las cosas.
Una sociedad no puede doblegarse o desevolucionar sólo porque las personas con discapacidad mental merecen el derecho a sentarse en la mesa más alta por no intentar o esforzarse. Es desafortunado para ellos, pero no puedes obligar a una sociedad a darse cuenta de tu discapacidad y, por lo tanto, tener que compensar tus incapacidades y tu falta de esfuerzo para hacerte sentir “empoderado” o igual. No es una forma reconciliable de hacer avanzar una sociedad. Le sugiero que primero se ocupe de sus problemas psicológicos y luego se desempeñe lo mejor que pueda como individuo sin obligar a otros que sí tienen una ventaja mental a tener que atenuar sus metas y logros.
Ese es el problema que está ocurriendo hoy con el llamado «despertar».
¿Por qué no analizamos una puntuación de coeficiente intelectual respecto a las personas «despiertas» y hacemos referencia a esa puntuación con las personas que no están despiertas y vemos el resultado arrojado? Estoy seguro de que un número revelador definitivamente conllevará a una idea que realmente desmantele la intención central del «despertar», que en pocas palabras es: recompensar a los débiles, los no emancipados y los procrastinados mientras se castiga a los triunfadores.
