VALÈNCIA (EP). Un robot ‘ayudante’ que comparta el puesto de trabajo con los trabajadores con el habla natural de un empleado que no necesita saber programación ni informática, y que traiga herramientas o sujete piezas si se le pide por voz. Esta es la idea en la que trabaja Aidimme, el Instituto de Metalmecánica, Mueble, Madera, Embalaje y Tecnologías Afines, que está llevando a cabo una serie de actividades de I+D+i para que la robótica no sea sólo para las grandes fábricas, sino que también esté al alcance de las pequeñas y medianas empresas.
Uno de los principales temas de investigación en los que trabajan los investigadores de Aidimme en el campo de la robótica es el desarrollo de robots que puedan ser utilizados fácilmente por cualquier persona, no sólo especialistas o técnicos, y que puedan ser programados de forma intuitiva para realizar las tareas requeridas, según Juan del Agua, del departamento técnico y de procesos. explicó a Europa Press el ingeniero y director del proyecto.
Bajo esta premisa surgió el proyecto Interbot. El año pasado, este centro técnico, miembro de Redit, desarrolló un programa activado por voz que permite al robot desplazarse a un lugar concreto con una serie de palabras clave como ‘coger’, ‘mover’ y ‘agarrar’, recoger piezas y llevarlas a otro lugar.
Actualmente están trabajando en otro proyecto llamado Naturbot, que trata de dar la vuelta al robot para que escuche la forma natural de comunicarse del trabajador, en lugar de seguir las palabras clave, dice Del Agua. Ambos proyectos cuentan con el apoyo de Iverce a través de fondos Feder y se centran en brazos robóticos colaborativos.
En robótica industrial, lo que solemos tener en mente es un gran brazo robótico, normalmente dentro de un cercado inaccesible para los humanos porque es peligroso. Es como si un ayudante alcanzara un destornillador o ayudara a voltear un mueble. No se trata de un programa en el que el robot hace siempre lo mismo, explica, sino en el que tú decides en qué quieres que te ayude y le pides que lo haga.
Como recuerdan los ingenieros de Aidimme, la mayoría de las empresas valencianas son pymes. Las grandes empresas tienen muchos procesos automatizados y cadenas de montaje, pero las pymes necesitan flexibilidad para realizar diferentes tareas sin tener que cambiar constantemente sus programas. Creemos que sería una gran ayuda para ellas que se pusieran a su disposición formas más sencillas de utilizar los robots”, afirma el experto.
Algunas empresas que fabrican pocos productos de este tipo afirman que no pueden adoptar la robótica porque tienen que programarlos constantemente. Si se pudiera crear un nuevo programa para una nueva pieza en cinco minutos mediante la voz, y la misma persona que es experta en lijado, por ejemplo, pudiera hacerlo, se eliminaría una barrera para la adopción de la automatización robótica, añadió van der Agua.
Para hacer frente a los retos que plantean los robots colaborativos, no basta con trabajar en el propio brazo; los investigadores deben integrar distintas tecnologías, como la inteligencia artificial y el reconocimiento de voz, con sistemas visuales en distintos proyectos.
Así, el proyecto Narturbot se enfrenta a tres retos técnicos. Uno es trabajar en el reconocimiento del habla y el desarrollo de un lenguaje natural que todo el mundo tenga. El segundo es desarrollar la comunicación con el robot y generar instrucciones en una sintaxis de programación adecuada para robots. En tercer lugar, está el aspecto visual y de inteligencia artificial, en el que el robot puede identificar dónde se encuentra una pieza, por ejemplo una herramienta, y dónde debe entregarla el operario. Esto se consigue mediante dos cámaras y un sistema de coordenadas.
El proyecto Naturbot finalizará en junio, pero los investigadores ya han desarrollado el primer prototipo del sistema de voz, lo han entrenado para reconocer piezas, han definido la comunicación con el robot y han probado todas las tecnologías. A partir de ahí, tienen previsto empezar a probar el robot en entornos de trabajo cada vez más complejos.
Además de Naturbot, los expertos de Aidimme están desarrollando varios proyectos y líneas de investigación más con el foco puesto en conseguir una robótica más sencilla que acerque la Industria 4.0 a la estructura productiva global.
En el proyecto Robotrack, que finalizó en septiembre, los investigadores de Aidimme siguieron el mismo objetivo de que el operario programe el robot, pero en lugar de utilizar la voz, emplearon el aprendizaje por demostración. Una serie de cámaras captan los movimientos de la mano del operario, que se convierten en coordenadas X e Y, que luego se traducen en instrucciones para que el robot se mueva de la misma forma que la mano humana que le enseñó”.
También se unieron a Logiblock, una plataforma para gestionar robots con ruedas y brazos autónomos en almacenes y fábricas, e integraron estos vehículos con brazos robóticos en salas de demostración. Y lo que hicimos fue integrarlo en una contra sala que tenemos y utilizar y programar los robots para moverlos, transportarlos a otros lugares y realizar tareas logísticas”. Además de Aidimme, en el proyecto, dirigido a pymes, colaboraron la AICE (Asociación para la Investigación de la Cerámica), la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), Exos Solutions y Robotnik Automotion.
Según Juan del Agua, los robots tradicionales siguen siendo de uso común en la industria, pero los fabricantes se están dando cuenta poco a poco de la necesidad de implementar interfaces más intuitivas que no requieran código y están sacando al mercado este tipo de productos. Los robots industriales con comandos de voz aún no están en el mercado, pero según Juan del Agua, existe demanda de este tipo de desarrollos en el sector industrial valenciano, a tenor de la respuesta de las empresas expositoras. Por ello, una empresa de venta de robots y dos ingenierías ya se han interesado por Naturbot.