(ESPN Digital).-Enrique Rojas dio a conocer a los candidatos para Cooperstown, que incluye a Alex Rodríguez, Beltré, Mauer, Manny Ramírez, entre otros.
En mi boleta del Salón de la Fama de Cooperstown del 2024 marqué a 10 candidatos– el máximo permitido–, incluyendo a los debutantes Adrián Beltré y Joe Mauer, pero también a cinco por los que voté el año anterior, dos que había ignorado por sus confesas violaciones a reglas existentes y uno que retiré de los últimos dos procesos debido a situaciones legales.
Los jardineros Bobby Abreu, Carlos Beltrán, Andruw Jones y Manny Ramírez; los infielders Alex Rodríguez, Todd Helton y Omar Vizquel, y el relevista Billy Wagner se unen al antesalista Beltré y al receptor Mauer en la papeleta que envié esta semana a la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA, por sus siglas en inglés) y al National Baseball Hall Of Fame and Museum.
Debo confesar que, desde que soy votante del Salón de la Fama, esta es la boleta que más angustia me ha provocado, pero, una vez rellené sus casillas, me sentí liberado del enorme peso que me auto impuse hace cinco años.
Para los que no lo saben, en mis primeros cuatro años como votante decidí que, además de los criterios básicos y las recomendaciones del Salón de la Fama, ignoraría a aquellos grandes jugadores que fueron castigados por quebrantar la política de sustancias prohibidas que está vigente en las Grandes Ligas desde el 2004.
Claro que no soy tan tonto como para no saber que en el Salón de la Fama hay varios peloteros, por no decir muchos, que usaron sustancias cuando aún no existía un reglamento que los prohibiera expresamente.
Primordialmente, mi postura se apoyaba en la diferencia de usar esteroides antes y después de la prohibición, además del tapón que tenía la boleta con nombres como los de Barry Bonds, Roger Clemens y Sammy Sosa, entre otros, quienes fueron castigados por los votantes sin haber violado las reglas y, más importante aún, sin hacer algo diferente a otros que ya tienen placas en Cooperstown.
Durante todos estos años, siempre mantuve abierta la ventana de cambiar mi pensamiento, respecto a los culpables y/o sospechosos de haber estado involucrado en algún momento de sus carreras con sustancias para mejorar el rendimiento:
“No me considero guardián de la moral pública, ni pretendo, ni quiero formar parte de alguna forma de inquisición moderna, por lo que me reservo el derecho o de en el futuro cambiar/enmendar/variar mi opinión sobre los jugadores que han sido suspendidos por dopaje o enfrentan cuestionamientos de integridad”, escribí en columnas anteriores.
Desde el principio prometí que, bajo ningún concepto, condenaré a un candidato con méritos deportivos por sospechas, prejuicios o discriminación de cualquier tipo, pero al mismo tiempo soy de los que piensan que los seres humanos debemos asumir las consecuencias de nuestras acciones y, por lo tanto, asimilar algún tipo de castigo cuando fuere necesario.
Como también he dicho consistentemente a lo largo de estos años, desde que soy miembro del jurado de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA), el compromiso de escoger a los recipientes del más alto honor que tiene el béisbol de Estados Unidos es algo que me tomo muy en serio. Votar para Cooperstown, más que un privilegio, es un sueño hecho realidad.
Sin más preámbulo, estos son los méritos de los 10 candidatos que recibieron mi voto en el 2024.