Venezuela y Guyana se disputan unos 159.500 kilómetros cuadrados (61.600 millas cuadradas) de territorio continental, el llamado Essequibo.
Los venezolanos reclamaron la soberanía sobre amplias zonas de la vecina Guyana en un referéndum convocado por el presidente Nicolás Maduro el domingo, argumentando que el territorio, rico en petróleo y minerales, fue robado cuando se trazó la frontera hace más de 100 años.
Guyana ve el referéndum como un paso hacia la anexión, y la opinión pública está nerviosa. El referéndum pregunta a los venezolanos si apoyan que Venezuela conceda la ciudadanía a los residentes actuales y futuros y establezca un nuevo Estado en el territorio en disputa conocido como Essequibo, rechazando la jurisdicción del Tribunal Supremo de la ONU para resolver las diferencias de opinión entre los dos países sudamericanos.
No está claro cómo las autoridades venezolanas pretenden llevar a la práctica esta idea de ejercer jurisdicción sobre el territorio, que actualmente comprende 23 estados y la capital, tras declararlo parte de Venezuela.
Tras depositar su primer voto, como es habitual, en el centro de votación de Fuerte Tiuna, en Caracas (la mayor instalación militar del país), el presidente Maduro declaró.
El mandatario estuvo acompañado por su esposa y colaboradores cercanos, entre ellos la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
‘Estamos tratando de resolver el saqueo del imperio de hace 150 años por la vía pacífica y democrática, de acuerdo con la Constitución’, dijo el Presidente.
Una inspección de Associated Press a los centros de votación en la capital venezolana mostró colas de unas 30 personas, en contraste con otros procesos en los que cientos de personas inundaron las primeras horas de la mañana para votar, y los electores se dirigían directamente a las mesas vacías.
Hemos venido a votar porque Essequibo es nuestro. Hagan lo que hagan, queremos que esté bien pensado y que nunca ponga en peligro la paz», dijo Juan Carlos Rodríguez, un comerciante de 37 años que aprovechó la oportunidad para votar temprano después de ver sólo un puñado de personas haciendo cola frente a un colegio electoral en el centro de Caracas.
El presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, anunció en una declaración a la hora de cierre del centro de votación, prevista inicialmente para las 18.00 horas (22.00 GMT), la decisión de prolongar hasta dos horas este proceso electoral.
En cambio, Ángela Albornos, de 62 años, miembro de una organización de base oficialista llamada Líderes Comunitarios, dijo a Associated Press que en su centro de votación, en el oeste de Caracas, estimaban que acudieron a votar entre 23% y 24% del total de electores. Esta participación está por debajo de sus expectativas para el proceso que convocó para todos los venezolanos, independientemente de su color político.
El presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, reconoció el domingo que muchos guyaneses ven el referéndum con recelo e intentó calmarlos en un mensaje a la nación.
Dijo que no tienen nada que temer en las próximas horas, días y meses. Añadió que Guyana ha hecho de la diplomacia su primera línea de defensa y trabaja constantemente para garantizar que sus fronteras permanezcan intactas. No pretendo meterme en la política interna de Venezuela ni en sus decisiones políticas, pero me gustaría advertir a Venezuela de que ésta es una oportunidad para que demuestre madurez y responsabilidad.
Venezuela y Guyana se disputan unos 159.500 kilómetros cuadrados de territorio continental, el llamado Essequibo, que la parte venezolana reclama como propio desde 1897, ya que la zona estaba bajo jurisdicción colonial española.
Desde 2015, los dos países se han enfrentado a una serie de fricciones por la exploración petrolera de una filial de la estadounidense ExxonMobil en partes del territorio en disputa.
Los gobernantes venezolanos han calificado de ilegales las concesiones petroleras otorgadas por Georgetown en aguas del Esequibo, argumentando que Guyana no tiene jurisdicción sobre esas aguas, cuyos límites aún no han sido trazados.
Maduro hace valer la posición histórica de Venezuela de dirimir las controversias mediante negociaciones en el marco del llamado Acuerdo de Ginebra, firmado con el Reino Unido el 17 de febrero de 1966, apenas 98 días antes de lograr la independencia. En aquel momento, Londres reconoció las pretensiones de Venezuela y abrió la posibilidad de una solución diplomática satisfactoria para las partes.
En 2016, el actual ex secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió de que el actual secretario general de la ONU debía reforzar el proceso de buenos oficios que se remontaba a 1990 y llevar el caso del Esequibo a la Corte Internacional de Justicia si no se producían avances significativos antes de finales de 2017. Finalmente llegó el día.
En 2018, Guyana solicitó a la CIJ que ratificara una sentencia de 1899 de cuando Guyana era colonia británica en la región; en abril, la Corte falló en contra de Venezuela y declaró su competencia para proseguir con el caso.
El presidente Maduro ha instado reiteradamente al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a reanudar el diálogo bilateral. Guyana ha descartado esa opción.
El Gobierno de Guyana calificó la iniciativa de Venezuela de crisis existencial para allanar el camino a la anexión de dos tercios de su país e instó el 14 de noviembre a la Corte Internacional de Justicia a emitir una serie de órdenes urgentes.
El viernes, la Corte Internacional de Justicia ordenó a Venezuela que no tomara ninguna medida que pudiera cambiar el control de Guyana sobre las islas Essequibo, pero no se pronunció claramente sobre el referéndum.
Venezuela calificó el fallo de la CIJ de victoria, ya que el máximo tribunal de la ONU rechazó las pretensiones de Guyana, pero argumentó que no implicaba el reconocimiento del máximo tribunal de la ONU como medio para resolver la disputa territorial.
El Tribunal ha dictaminado previamente que el caso tiene fundamento y que la CIJ tiene jurisdicción sobre la disputa, pero pueden pasar varios años antes de que emita un fallo definitivo y vinculante.