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Sam Altman habla del conflicto de OpenAI y de la historia de Steve Jobs en Apple

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SAN FRANCISCO -- Motivado por el genio y el instinto, Steve Jobs inventó el iPhone y transformó Apple en la empresa más valiosa del mundo. Era inflexible, mítico e insustituible. Su vida consisti.

SAN FRANCISCO — Motivado por el genio y el instinto, Steve Jobs inventó el iPhone y transformó Apple en la empresa más valiosa del mundo. Era inflexible, mítico e insustituible. Su vida consistió en crear un futuro lleno de dispositivos controlados por el usuario.

El año pasado, Sam Altman asumió el papel de empresario del mañana. Es el trabajo más importante de Silicon Valley, y el más difícil en estos momentos. El futuro está plagado de peligros, ya que cada vez más gente se preocupa más por tener el control que por ser controlada.

Excepto durante los cinco días posteriores a su despido y antes de ser readmitido, Altman fue Consejero Delegado de OpenEye, una empresa líder en inteligencia artificial. Prometió que la IA traería a la humanidad su primera edad de oro.

Las vagas pero enormes ambiciones de Altman le metieron en problemas con el consejo de OpenEye, que le despidió diciendo que no había sido un comunicador coherente y franco. Esto conmocionó a Silicon Valley, que exigió la reincorporación de Altman. Había mucho dinero en juego.

La saga ahondó los paralelismos con Jobs, que fue marginado por el consejo de Apple en 1985. Apple estaba de capa caída y Jobs no era en absoluto un empleado ejemplar. Dejó la empresa que había fundado.

Once años más tarde, Apple estaba en una situación financiera aún peor y Jobs regresó. Fue el segundo acto más importante de la historia empresarial estadounidense. Hoy Apple vale 3 billones de dólares.

La trayectoria de Jobs, fallecido en 2011, presenta a los fundadores de empresas tecnológicas una comparación fascinante pero quizá imposible. Jobs hizo que pareciera fácil. Un pequeño aparato con 1.000 canciones. Se vendió bien. Pero incluso algo tan sencillo como un coche autoconducido no tiene ni idea de lo que quiere la gente.

Mientras Altman negociaba para recuperar su puesto, se anunció la dimisión de Kyle Vogt, consejero delegado de la división de vehículos autónomos de General Motors, Cruise. Su marcha fue provocada por una serie de sucesos en los que una mujer, que acababa de ser víctima de un atropello en San Francisco, fue atropellada por un taxi robot de Cruise. La licencia de Cruise para operar en California fue suspendida.

Vogt cofundó Cruise, que fue adquirida por GM en 2016, y fue uno de los artífices de su éxito. Su porte hosco se ha convertido ahora en un escollo.

Dos ejecutivos de GM fueron nombrados para sustituir a Vogt, uno de los cuales era su agente general. Este fue un mensaje claro. Que ahora no es el momento de líderes visionarios.

Altman es exuberante, pero las extravagantes afirmaciones suyas y de sus colegas de Open AI acabarán dando sus frutos a su debido tiempo: la IA será la mayor fuerza de potenciación económica y afluencia para muchas personas que jamás hayamos visto, dijo en febrero. La gente se preguntará: ¿quién se va a hacer rico? Yo ya lo esperaba.

Antes de que se presentara una versión de ChatGPT hace un año, Altman era prácticamente desconocido fuera de Silicon Valley.

Tenía fama de apuñalador por la espalda. Escribió en su blog en 2017 que era más probable que discutiera ideas controvertidas en el Pekín comunista que en el liberal San Francisco. Quizá estaba pensando en aquel momento de 2015 en el que dijo en una conferencia que la IA probablemente llevaría al fin del mundo, pero que mientras tanto se crearían grandes empresas.

Tras su despido, cientos de empleados de OpenAI firmaron una carta pidiendo la reincorporación de Altman. Es el fundador visionario que puede salvar OpenAI, y quizá el mundo.

Esta historia de superhéroes está plagada de peligros.

Elizabeth Holmes, de Theranos, se inspiró en Jobs. Cuando la tecnología de análisis de sangre no funcionaba, simplemente fingía que sí lo hacía. Adam Neumann prometió renovar la experiencia de la oficina con WeWork. La empresa se declaró recientemente en quiebra. Sam Bankman-Fried, un aspirante a criptomoneda, será condenado en marzo por fraude. La adquisición de Twitter por parte de Elon Musk, ahora conocida como X, no ayudó a su reputación ni a su cuenta bancaria.

Un post sobre X del ex jefe de Google Eric Schmidt se hace eco de ese sentimiento:

Sam Altman es uno de mis héroes. Sam Altman es uno de mis héroes, construyendo una empresa de 90.000 millones de dólares de la nada y cambiando nuestro mundo para siempre. Estoy impaciente por ver lo que hará después. Yo y miles de millones de personas nos beneficiaremos de su trabajo futuro.

Son elogios del nivel de Jobs.

Por: david streetfeld

BBC-NEWS-SRC: http://www.nytsyn.com/subscribed/stories/7003066, IMPORTING DATE: 2023-11-27 19:50:08 ACCESS SUBSCRIBER EXCLUSIVE CONTENT No se quede con esta información.

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