Después de la próxima campaña electoral, será imperativo que nuestros líderes se comprometan con reformas estructurales profundas sin provocar una reacción violenta. Un retraso continuo tendrá consecuencias más costosas y dolorosas para la economía y las personas. Es imposible seguir procesando los residuos públicos, que son demasiado grandes para ser recogidos, especialmente debido a la burocracia y los subsidios; falta de impuestos, deuda creciente, desaceleración económica y perturbación de las actividades empresariales por parte de los agentes económicos.
No es factible seguir cobrando impuestos promoviendo la informalidad, excluyendo a la mitad de los contribuyentes y duplicando la necesidad de servicios a la población no asegurada; La competitividad de la producción disminuye debido a los altos costos fiscales, financieros, laborales, de combustible, de energía y de transporte. Es imposible mantener la actual situación de desorden territorial ubicando y construyendo viviendas en lugares vulnerables, operando instalaciones comerciales e industriales sin medidas de seguridad. La infraestructura colapsa en respuesta a fenómenos meteorológicos predecibles.
Puedes leer: 2024 ¿Inicia un cambio profundo? Sería perjudicial seguir decepcionando las expectativas de un pueblo que lucha por aumentar el gasto en educación (4%/PIB) y desperdiciarlo en salarios y gastos de profesores y administradores; Los luchadores contra la corrupción se dejaron seducir por la independencia de la fiscalía, que sólo produjo resultados fugaces. Y el requisito de cooperación internacional para Haití, en primer lugar, requiere cooperación bilateral, algo que aún no hemos hecho.
Es desalentador exigir seguridad para la ciudadanía mientras las Fuerzas Armadas y la PN se comportan como pandillas, relacionándolas con tiroteos, alardeando de un aumento estadístico en las detenciones por traición a la patria, la más importante es el narcotráfico; Que los residuos siguen sin ser recogidos ni tratados, que los bosques siguen siendo destruidos, que los precios de la energía siguen siendo caros en medio de cortes de energía a pesar de las enormes inversiones, y que la congestión contamina nuestro aire, respiramos y nos obliga al confinamiento. Enfrentar estos y otros desafíos sin provocar reacciones sociales negativas requiere el compromiso político de líderes y oponentes, de ganadores y perdedores. Esto se puede lograr a través del gobierno de unidad nacional declarado por todos nuestros líderes después de la decapitación de la dictadura, a través de una oposición constructiva o a través de la organización que empoderó a sus líderes para asumir las responsabilidades de gobierno manteniendo un papel de oposición como lo hizo el PRD después de la victoria de Balaguer.
en 1966.