La salud mental se ha convertido desde hace algún tiempo en una preocupación cada vez más exigente para los gobiernos y la sociedad en general, ya que ya no se limita a afecciones médicas como la esquizofrenia, la paranoia o la demencia, sino también a los trastornos de la personalidad, el estrés y el pánico. Ataques y depresión. Estas condiciones siempre han alimentado el estigma, la necesidad de ocultar a los pacientes, aislarlos para que pocas personas sepan acerca de su trastorno o encerrarlos en hospitales en lugar de buscar tratamiento de rehabilitación.
Es cierto que hay algunos tipos de demencia que no se pueden curar y sólo en estos casos se debe aplicar la cuarentena. En su libro The Fatigue Society, el filósofo coreano Byng-Chul Han explica que vivimos en un mundo donde la productividad es lo ideal, el máximo rendimiento, y la necesidad de ganar cada vez más dinero lleva a las personas a la espiral del trabajo, el estudio y las necesidades. Las actividades diarias lo dejan completamente agotado, las recompensas no son suficientes y por el contrario siente la necesidad de exigir más, agudizándose así el círculo vicioso.
Esta reflexión es relevante porque el 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Depresión, quizás el trastorno de salud mental más común en el planeta. La depresión se origina en el cerebro, haciendo que el cerebro deje de producir suficiente dopamina, serotonina y otras sustancias que ayudan a equilibrar el estado de ánimo o no produzca la suficiente, creando sentimientos de depresión, llanto, dificultad para adaptarse al entorno y otros factores, incluso otras situaciones pueden conducir a suicidio. .
Estos estados suelen confundirse con tristeza, aunque la causa es mucho más profunda. Problemas económicos como salarios bajos o desempleo, muerte de un familiar o de una mascota, ruptura o divorcio, acoso en la escuela o en el trabajo, pueden acentuar un estado de anhedonia, es decir, indiferencia mental, la primera etapa del problema. La depresión se puede controlar con atención psiquiátrica y medicamentos recetados por expertos que investigan, diagnostican y monitorean a los pacientes.
Las personas deprimidas son personas que sólo necesitan tratamiento y comprensión, cuidado y comprensión para poder empezar a superar sus problemas y hacerlo mejor de lo que cualquier persona normal puede hacer: amar, crear y trabajar.