La educación se considera un derecho humano, un bien público y una responsabilidad compartida. Sin embargo, hoy en el mundo hay 244 millones de niños y adolescentes que no están escolarizados y 771 millones de adultos analfabetos. Según las Naciones Unidas, su derecho a la educación es violado y es inaceptable.
La educación nos iguala y nos hace capaces de ser autosuficientes, nos permite leer un documento en la calle o firmar un documento, ayuda a erradicar la pobreza reduciendo la desigualdad. Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y oportunidades de aprendizaje permanente, será imposible lograr la igualdad o romper el ciclo de pobreza que aflige a millones de niños, jóvenes y adultos quedan atrás. La educación para la paz, como propone este año esta organización internacional que lleva 80 años luchando por la educación y la cultura, se trata de aprender a cuidar de uno mismo, de los demás y del planeta; es educación para la ciudadanía global; es decir, comprender acontecimientos o conflictos de otros países, cultivar la empatía con otras culturas; Educar significa preocuparse por los demás, trabajar por el bien común y estar dispuesto a no ser indiferente ante lo que sucede.
La educación permite la integración a la sociedad, da acceso al trabajo digno, a la educación superior, a la adquisición de habilidades que impactan en la vida cotidiana, es decir, a la conciencia ambiental para que ‘transforme y esencialmente acompañe a Can You Love? aprender. Entonces, como dice el libro School By Rules.
Aprender a enseñar a enseñar a aprender, en esta nueva era, es imprescindible preguntarnos una y otra vez por qué educamos, qué enseñamos cuando enseñamos y cómo podemos educar en las condiciones actuales. Por lo tanto, necesitamos docentes que estén bien capacitados en la materia que enseñan, pero que también comprendan los métodos de enseñanza de esta materia, entiendan cómo se moldean la infancia y la juventud en esta era nuestra y supervisen la enseñanza en el contexto de su práctica continua. También debe haber un espacio en el aula para que los niños hagan preguntas sobre la realidad, como por ejemplo dónde, pueden reflexionar sobre el cambio climático pero también proponer cambios para su propio barrio, y para ello se necesita un profesor que sostenga que la educación es sobre el reconocimiento personal y el trabajo.
de manera justa y equitativa. Pero esto no se puede lograr sin familias y organizaciones que adopten estas enseñanzas, no sólo para reforzar lo que enseñan las escuelas sino también para promover formas de vida alternativas y menos conflictivas en la actualidad. Quizás te interese: Contrato de estudio de seguro de vida para estudiantes Cuenta la leyenda que un antropólogo de una tribu africana jugó un juego con los niños locales: les dejó una canasta llena de frutas y les dijo que el que llegara primero a la canasta ganaría y se quedaría con todo lo que había en ella.
Para sorpresa del científico, los niños se tomaron de la mano y corrieron juntos hacia la canasta. Cuando les preguntó por qué hicieron eso, le dijeron UBUNTU, que significa soy así porque todos somos así. Esta comunidad cree en un vínculo universal que conecta a toda la humanidad.
Si entendemos esta metáfora, podemos proponer que la educación es aprender a relacionarse con los demás, lo que se convierte en la base necesaria para que cada niño o niña explore e interprete el mundo en este momento, esta complejidad con una nueva perspectiva. No se trata de cambiar planes de estudio sino de identificar los desafíos de nuestro tiempo, trabajando por la equidad y la justicia, sabiendo que estamos con y para los demás.