Santo Domingo.-Al menos 24 representantes de instituciones públicas y privadas, integrantes de la Mesa Sísmica de la República Dominicana, volvieron a reunirse para abordar aspectos importantes de cómo seguir afrontando de manera conjunta la vulnerabilidad sísmica, en edificaciones, infraestructuras y líneas vitales, en el país.
Los debates fueron encabezados por Leonardo Reyes Madera, presidente pro tempore, director ejecutivo de la Comisión de Supervisión de Infraestructuras Públicas ante el Cambio Climático y director general de la Oficina Nacional de Evaluacion Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie).
El funcionario motivó a los participantes para que, a través de sus respectivas instituciones, diseñen un esquema de trabajo que facilite la detección de vulnerabilidades en cada dependencia y les exhortó a compartir acciones preventivas ante la posibilidad de un terremoto.
Entre los temas están: elaboración del inventario de cada una de las instituciones con miras adetectar posibles vulnerabilidades, introducción a la metodología FEMA P-695 para el análisis del sistema de muros de hormigón armado de ductilidad limitada (MHADL), facilitada por el ingeniero Juan José Tavárez del Ministerio de Vivienda y Edificaciones (MIVED) y, vulnerabilidad de las presas del país.
El encuentro contó con la participación de Ramón Delanoy, del Centro Nacional de Sismología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD); Ashley Morales Cartagena, directora del Centro de Investigación de Resiliencia y Riesgos Multi-Amenaza (Cirrma-Pucmm); Romeo Llinás Capellán, asesor del Poder Ejecutivo; Juan Chalas, representante de la Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica (Sodosísmica); José Velázquez, subdirector de la Onesvie.
La sesión de trabajo del martes 13 de febrero 2024 fue realizada en la Escuela Nacional de Gestión de Riesgos (Esnageri) y concluyeron en continuar trabajando en la elaboración del inventario nacional de cada institución con miras a obtener una radiografía país de la real y actual vulnerabilidad sísmica, para poder así priorizar las necesidades de prevención, como única garantía de la resiliencia.