Las bandas criminales de Haití, que controlan el 80 % de la capital, Puerto Príncipe, e incluso las entradas y salidas de la ciudad, están mucho mejor organizadas y armadas que las de décadas anteriores, advierte un informe a la misión internacional aprobada por la ONU para intentar estabilizar el país.
El estudio publicado esta semana por Iniciativa Global contra el Crimen Transnacional, un grupo de expertos con sede en Ginebra, señala que en territorio haitiano funcionan unas 200 bandas, algunas de ellas “entidades bien armadas y estructuradas” con creciente capacidad de autofinanciación y cada vez mayor autonomía, con políticos y hombres de negocios a los que antes servían.
La misión de apoyo en seguridad que autorizó en 2023 el Consejo de Seguridad de la ONU, y que será liderada por el Gobierno de Kenia, “confrontará una situación muy diferente y en muchos aspectos aún más difícil que la que existió durante la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (MINUSTAH)”, entre 2004 y 2017.
El informe señala que la existencia de bandas en Haití se remonta a los tiempos de la dictadura de François Duvalier Papa Doc, entre 1957 y 1971, con sus célebres Tonton Macoutes, pero durante décadas se trató principalmente de grupos desarticulados y débiles, algo que, asegura el informe, ha cambiado diametralmente.
Nuevos líderes de las bandas, con larga experiencia, “han aprendido de los errores de sus jefes y ahora dirigen organizaciones más sofisticadas que se asemejan a cárteles, milicias o grupos paramilitares”, señaló el documento.