MADRID, 7 feb (Reuters) – Los agricultores españoles bloquearon el lunes las principales carreteras con sus tractores y cortaron el acceso a los puertos, mientras esto sembraba la ira en la Unión Europea. Unión contra los altos costes, la burocracia y la competencia de terceros países. En el segundo día de protestas, los agricultores españoles bloquearon la entrada principal al puerto de Castellón, en la región oriental de Valencia, mientras la policía observaba cerca.
Juan, que cultiva limones en Andalucía y al que se le impidió la entrada al puerto de Málaga, afirma que hay países que no respetan la normativa y no controlan la calidad. El precio actual de los limones ha arruinado su negocio este año. Ni siquiera los quieren como regalo, dijo a la emisora nacional TVE.
Hartos de la situación del mercado y alentados por protestas similares en otros países europeos, los agricultores españoles salieron a las calles con tractores el martes, dos días antes de las protestas lideradas por los sindicatos que planean los principales agricultores del país. Según la agencia de transporte, el martes por la mañana más de una docena de carreteras importantes quedaron bloqueadas en todo el país. En las últimas semanas, agricultores de países europeos como Alemania, Francia y Bélgica han organizado protestas que en ocasiones se han tornado violentas.
Los agricultores dicen que las normas impuestas por la UE para proteger el medio ambiente son demasiado estrictas y los hacen menos competitivos que sus homólogos de otras regiones, como América Latina o Europa no perteneciente a la UE. También se quejan de las medidas burocráticas cada vez más complejas que se les imponen. Felipe Domenech, de 55 años, productor de cítricos cerca del puerto de Castellón, dijo a Reuters que se trataba de una competencia completamente desleal.
Si el fruto procede del exterior, deberá entrar en condiciones similares. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, describió el martes a los agricultores que protestaban como empresarios y no como trabajadores, pero afirmó que eso no quita legitimidad a sus demandas. Dijo a los periodistas que tenían razón en algunas declaraciones y menos en otras.
Las protestas llevaron al gobierno español a asignar 269 millones de euros adicionales en subvenciones a 140.000 agricultores y a la Comisión Europea a abandonar los planes para reducir a la mitad el uso de pesticidas en el bloque, lo que no gustó a los agricultores. (Reporte de Inti Landauro y Emma Pinedo; edición de Sharon Singleton, Charlie Devereux y Timothy Heritage; edición en español de Benjamín Mejías Valencia y Javi West Larrañaga)