Infobae:- La proteína es uno de los nutrientes esenciales que el ser humano necesita para sobrevivir. Y se consideran así porque ayudan a crear células, tejidos, hormonas, enzimas. Y teniendo en cuenta que hay tejidos que se regeneran cada día como la piel, las mucosas, los músculos y las células sanguíneas, la ingesta diaria de proteínas en la dieta no es poca cosa.
De ahí la importancia de un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad Tufts en Boston, que encontró que el consumo de proteínas puede ser el secreto para un envejecimiento saludable. Según un trabajo publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, que analizó datos de más de 48.000 profesionales de la salud entre 1986 y 2016, las mujeres que consumían más proteínas eran más saludables hasta la vejez. Los expertos descubrieron que las mujeres que comen más proteínas tienen tasas significativamente más bajas de enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento, incluidas enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes y deterioro cognitivo.
Pero la novedad no se queda ahí: el tipo de proteína consumida también es importante. En general, las mujeres que comían más proteínas de origen vegetal tenían un 46% más de probabilidades de estar sanas en sus últimos años. Los investigadores concluyeron en la publicación que la ingesta de proteínas, especialmente proteínas vegetales, en la mediana edad se asocia significativamente con tasas más altas de envejecimiento saludable.
Para los investigadores, un mayor consumo de proteínas vegetales se asoció con niveles más bajos de colesterol LDL, presión arterial y sensibilidad a la insulina, todo lo cual es una buena noticia para la salud del corazón de las mujeres. Por otro lado, dicen los investigadores, una mayor ingesta de proteína animal se asocia con niveles más altos de todos estos factores de riesgo. Los investigadores señalan que los beneficios de la proteína vegetal pueden provenir de otros componentes de los alimentos vegetales y no de la proteína.
Las plantas contienen niveles más altos de fibra, micronutrientes y compuestos beneficiosos que los alimentos de origen animal. Las fuentes de proteínas vegetales incluyen legumbres como frijoles, garbanzos y soja; cereales integrales como avena y quinua; y nueces. Los investigadores plantean la hipótesis de que los alimentos de origen vegetal pueden ofrecer el mayor beneficio en el estudio porque son ricos en nutrientes, como fibra, vitaminas y compuestos llamados polifenoles que previenen la inflamación.
Además, la proteína también es esencial para desarrollar músculo, un factor importante para prevenir la osteoporosis a medida que envejecemos. En este sentido, finalmente, los autores del trabajo también sugieren que se debe empezar a comer suficientes proteínas desde una edad temprana, antes de que surjan problemas de salud. Entre los alimentos destacados que aportan proteínas vegetales se encuentran las legumbres como las judías, las judías secas, las lentejas y los garbanzos, así como los cereales y pseudocereales, en particular la avena y la quinua.
Además, los frutos secos, como las nueces, las avellanas, las almendras, los cacahuetes y las castañas, proporcionan no sólo proteínas sino también grasas saludables y otros nutrientes esenciales para la actividad normal del sistema cardiovascular. La importancia de las legumbres radica en aportar hierro y vitamina B, esenciales para mantener la salud del cerebro y la sangre. Asimismo, su alto contenido en fibra favorece la saciedad, contribuyendo al control del peso corporal.
Por otro lado, la quinua se destaca por ser rica en aminoácidos esenciales y tener un bajo índice glucémico, lo que ayuda a favorecer el control de los niveles de colesterol, especialmente en personas con antecedentes de complicaciones cardiovasculares. Por otro lado, las nueces se caracterizan por ser una buena fuente de omega-3, fibra, vitamina E y potasio, elementos que ayudan a mejorar la salud del corazón. Sin embargo, precisamente por su contenido calórico, debe consumirse con moderación, de acuerdo con las necesidades nutricionales individuales, previa consulta con un nutricionista.
