Washington (EFE/AFP). La candidata republicana a la Casa Blanca, Nikki Haley, ha advertido que no tiene intención de retirarse de las primarias de su partido pese a las presiones que está recibiendo del entorno del expresidente Donald Trump (2017-2021). Trump y Haley tienen previsto reunirse este sábado en Carolina del Sur, estado donde Haley es gobernadora pero donde las encuestas le dan poco más del 30%, muy por detrás del expresidente.
Trump domina las primarias republicanas hasta ahora y ha conseguido 63 delegados más entre Iowa, New Hampshire y Nevada, frente a los 17 de Haley. Me niego a rendirme. Carolina del Sur votará el sábado.
Pero el domingo seguiré postulándome para presidente. ‘No voy a ir a ninguna parte’, dijo Haley en un discurso retransmitido en directo por las principales cadenas de televisión del país, en el que muchos esperaban que anunciara que suspendía su campaña. Las personas tienen derecho a que se escuche su voz.
Y merecen elecciones reales, no unas al estilo soviético en las que hay un solo candidato y obtiene el 99% de los votos, añadió. Una vez finalizadas las primarias de Carolina del Sur, la carrera republicana se encaminará al Súper Martes el 5 de marzo, en el que 15 estados están llamados a votar, entre ellos California y Texas, el estado más grande del país. Después del Súper Martes, se asignarán casi la mitad de los delegados nominados a la presidencia en la Convención Nacional Republicana en julio, por lo que si Trump continúa dominando la competencia, podría abandonar las elecciones primarias en esta fecha.
Trump, el candidato popular que ganó fácilmente las elecciones en Iowa y New Hampshire, sigue siendo la primera opción de otros votantes republicanos, aunque enfrenta cuatro cargos penales y afirma que sus comentarios fueron indecentes, incluso escandalosos. Haley es famosa en la capital de Carolina del Sur, Columbia. Ella es ex gobernadora del estado y espera que en las primarias del sábado los encuestadores, que la tienen 30 puntos por detrás de Trump, se equivoquen.
Haley dijo a sus seguidores que el expresidente se estaba volviendo más mezquino y molesto. Estaba completamente distraído y todo giraba en torno a él. Advierte que está tan atormentado por los demonios de su pasado que no puede centrarse en el futuro que merecen los estadounidenses.