A principios del siglo XVII apareció un libro que se convertiría en la joya de la literatura clásica española, me refiero a Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra. Al final del capítulo XVIII se registra la historia de una de las muchas batallas que recibió el héroe de una gran novela de caballería por su locura. Allí instruyó a su fiel escudero Sancho Panza: Pero aquí tienes tu mano y tócame con tu dedo y mira bien cuántos dientes y molares me faltan de este lado derecho, en el maxilar superior, porque allí siento dolor.
Sancho apretó los dientes y para atraerle dijo: ¿Cuántos dientes suele tener la reina en esta parte? “Cuatro”, dijo don Quijote, “fuera de la sierra, todos están sanos y muy sanos”. Sancho respondió: “Su Majestad, tenga cuidado con lo que dice, señor”.
Digo cuatro si no son ni cinco, respondió Don Quijote, porque en toda mi vida nunca me han sacado un diente ni una muela, ni una caída ni una mordida, por neguijón o reumatismo. . – En esta parte inferior, dijo Sancho, tiene Vuestra Majestad sólo dos molares y medio; y en la parte superior, no hay ni mitades ni mitades, pues todo es tan plano como la palma de la mano.
Puedes leer: Quijote con los muertos Aquí tenemos un ejemplo ficticio de examen forense oral en el período moderno temprano. En el argot popular dominicano de la segunda mitad del siglo XX se escuchan frecuentemente expresiones como: A esta persona de repente se le rompieron los dientes, Cállate muchacho si no quieres que te doy un reglamento de pastel. el que te rompió todos los dientes, A mi hijo le acaba de salir el primer diente.
Luego escucharemos a Don Bartolo Alvarado, alias El ceguito de Nagua, componer una canción sencilla para una dama titulada El Diente de Oro, que comienza con el siguiente verso: Este diente de oro te conviene/ ¿Y si me lo das? me hizo rico. A veces, para adivinar la edad de una persona, solemos decir: se le han caído los dientes.
Una sonrisa muchas veces refleja un estado de salud y felicidad, hasta el punto de que una fábrica de pasta de dientes patentó su eslogan Colgate Smile. Nuestro campesinado ha prestado tanta atención a su boca que durante una campaña electoral en el cambio de milenio, un partidario pidió a su candidato presidencial que le prometiera que, si ganaba, iría a arreglarme los dientes. Quizás muchas personas no saben que la patología más común desde el punto de vista de la Salud Pública Nacional es la caries.
Este es un hecho tan evidente que uno se pregunta: ¿por qué los aspirantes al trono dominicano no hicieron de su salud una prioridad y no contaron con los recursos necesarios para prevenir y tratar las enfermedades dentales, empezando por la educación de nuestro pueblo? , nutrición, higiene y educación escolar para que nuestros niños y niñas crezcan con dientes sanos? ¿Cuánto destina el Ministerio de Salud para el área bucal?
¿Cuántos odontólogos están designados para esta categoría y su contraparte, el Ministerio de Educación? ¿Qué dicen los candidatos presidenciales sobre un tema tan importante?