Si se toma una muestra en su conjunto, podemos decir que la reunión de CARICOM celebrada ayer en Jamaica ilustra el cinismo, la hipocresía y la irresponsabilidad responsable con que la comunidad internacional manejó la crisis de Haití. Si la diplomacia es el arte supremo del engaño y, a falta de instrumentos de medición adecuados, hay que evitar los adjetivos, entonces los sustantivos también ayudan a evaluar las acciones de Estados Unidos, Francia, Canadá, la Unión Europea y la propia CARICOM, frente a la realidad que está explotando. en sus caras hoy, ha sido condenado resuelta y responsablemente por el presidente Luis Abinader.
De hecho, desde 2021, el presidente se ha convertido en una voz que clama en el desierto; y no como Juan el Bautista, quien nos exhortó a preparar el camino para Dios y su glorioso Reino, pero señaló la llegada del infierno a la tierra, justo a nuestro lado. Dos veces, en las Naciones Unidas; en organizaciones regionales; en reuniones bilaterales, etc.; El Presidente no desaprovechó ningún escenario en el que pudiera declarar que República Dominicana no puede ser la solución a la crisis de Haití y que la comunidad internacional debe participar activa -e inmediata-. Cuando Abinader habló, la mayoría de la gente guardó silencio y miró hacia otro lado; Los poderes fácticos -todos, sin excepción- se mostraron indiferentes y permitieron que la situación se deteriorara hasta el punto de que hoy en Haití ya no existe una autoridad jurídica o jurídica, sino que los cárteles han usurpado territorio.
En medio de una ola de violencia sin precedentes, las personas (aquellas que pueden) huyen desesperadas; Puede ser razonable suponer que muchas personas vendrán a la República Dominicana no para encontrar trabajo o una vida mejor, sino simplemente para sobrevivir. Con tanta irresponsabilidad, cinismo y pereza, la gente en Jamaica ahora se da cuenta de que es necesario hacer algo en Haití. Al parecer se difundieron llamados de Abinader, Henry y Guterres; La firme oferta de Kenia de enviar a la policía para pacificar (¡e incluso a Bukele!) fracasó.
Mientras tanto, aquellos en CARICOM, que tan activa y diligentemente han estado crucificando a nuestro país acusándonos de racismo; o el de Jamaica, que la semana pasada anunció que deportaría a cualquiera que llegara a su territorio; Ahora están pensando qué hacer, intentando solucionar el problema sobre el que Abinader les viene advirtiendo desde hace tres años. La situación ha llegado a un punto en el que se necesita una intervención militar inmediata; Dejamos correr demasiado la pelota y ahora hay que pararla. La posición del gobierno dominicano es firme, prudente y responsable.
Que otros quieran sacar ventaja política sobre las posiciones que debemos tomar como Estado es su problema, la historia los juzgará después. Lo que debemos hacer ahora es mantener todas las medidas actuales, la neutralidad y la fuerza, y no caer en la trampa disfrazada de acuerdos humanitarios; Porque no somos responsables de este problema, incluso si hemos hecho todo lo posible para resolverlo.
