Etiopía prohibió el uso de bitcoin pero permite la minería desde 2022. Desde entonces, el país se ha convertido en la nueva frontera de este dispositivo de criptomoneda esencial, necesario para crear nuevas monedas y validar todas y cada una de ellas. actas.
Estas operaciones realizadas a través de servidores requieren mucha energía. Y Etiopía, con GERD, la Gran Presa del Renacimiento Etíope, tiene un enorme potencial que pretende explotar al máximo. De ahí la firma el pasado mes de febrero de un memorando de entendimiento con 21 empresas mineras, la mayoría de ellas chinas.
Pagarán sus cuentas en moneda extranjera, lo que motiva al gobierno etíope. Ahora está desesperado, insolvente y por eso está haciendo todo lo posible para ganar dólares. Etiopía tiene muchas ventajas que ofrecer.
En primer lugar, gracias a la presa existe una fuente segura de electricidad. Con precio fijo garantizado, según lo estipulado en el protocolo firmado en febrero. En Texas, la principal región minera del mundo, los precios son más o menos los mismos pero varían mucho según el mercado.
Etiopía también juega la carta del clima, con temperaturas moderadas favorables para actividades que no toleran las altas temperaturas. El hecho de que la electricidad proceda de fuentes hidroeléctricas es un plus para una industria acusada de contaminar la atmósfera al utilizar electricidad procedente principalmente de combustibles fósiles. Finalmente, Etiopía tiene una ventaja diplomática con los mineros chinos.
Beijing construyó y financió la Gran Presa del Renacimiento y es el mayor acreedor bilateral de Etiopía. Es un vínculo tranquilizador para ellos, que han llegado a ver este país como un santuario. La minería también es controvertida y a menudo se descarta debido a las necesidades de electricidad.
El antiguo imperio minero de China, que sufrió frecuentes cortes de energía, prohibió la minería en 2021. Irán y Kazajstán hicieron lo mismo antes de cambiar de opinión bajo la presión de personas hartas de los continuos cortes de energía. Islandia también se plantea expulsar a los mineros, que consumen tanto como la población de la isla, porque el año pasado la isla ártica también volvió a experimentar un pico de consumo y cortes de energía, lo que afectó gravemente a la pesca, la principal industria del país.
Como resultado, la minería se ha convertido en una actividad precaria y marginada, vulnerable a un desalojo de la noche a la mañana. La seguridad energética de Etiopía también podría verse amenazada por esta industria. Ésta es la gran incógnita y por tanto el talón de Aquiles del proyecto.
La presa tiene un potencial innegable, pero también está ligado a acontecimientos imprevistos: a medida que los niveles de agua bajan, la producción cae y la pérdida de carga es una preocupación en un país donde sólo la mitad de la población está conectada a la red.