Martes Santo. Hoy entramos en el tercer día de la Semana Santa, que comienza este Domingo de Ramos, con el mismo ambiente de anticipación que envuelve estos días, a la espera de una larga celebración, que para los monjes Domingo, tiene un significado especial. Es un breve período de reflexión, compuesto por una serie de celebraciones religiosas, pero para el típico dominicano, es decir, para la gran mayoría, se considera una invitación a la depravación.
Y aunque parece que se ha dicho todo sobre mensajes instructivos y qué hacer durante unas largas vacaciones, sobre la alta movilidad que se producirá en la carretera, sobre medidas de seguridad a tener en cuenta y sobre cuidado en cada comando, nunca está de más señalar lo que se necesita. Por eso, para elCaribe como medio de comunicación, es imperativo convocar al descanso, la reflexión y la meditación. Tampoco será en vano advertir a los veraneantes que deben actuar con moderación, mesura y no ser excesivos en ningún caso.
Otro llamado que estamos haciendo, y que espero que la mayoría siga, es que pasemos las vacaciones con nuestras familias. Y como son días santos en los que prevalece la religión, abunda la devoción y se renueva la fe cristiana, nos atrevemos a aprovechar la situación para exigir respeto a la forma de pensar de quienes no están de acuerdo con nuestra fe. Se lo pedimos porque cuando recordamos el sacrificio de Cristo en la cruz, no podemos olvidar que, según la Biblia, Él lo hizo para perdonar nuestros pecados y llamó: Ama a tu prójimo, cerca de ti mismo.
Es una frase bíblica utilizada para recordarnos, en estos días santos, que debemos evitar el odio y la intolerancia, uno de los males más inquietantes y obsoletos que están volviendo a estar presentes con creciente intensidad en el mundo de hoy. Tomemos una frase de Unamuno sobre este tema: Hay quienes matan en nombre de la caridad cristiana, quienes para salvar al prójimo te echan al fuego. Por último, esforcémonos por garantizar que durante esta Gran Semana, cualquier forma de despido, desde el extranjero hasta el personal, no nos sume a la cuenta de accidentes fatales evitables logrados por un simple acto de precaución.