El fenómeno llamado litopedia o litopedia es una extraña consecuencia del embarazo que provoca que el feto se calcifique, también conocido como ‘el bebé pateado’. Los investigadores han realizado estudios en los que se han identificado al menos 300 casos de litopedia. El nombre que recibió proviene del griego, ya que litho es piedra y pedion es niño.
Su origen se produce cuando una persona embarazada encuentra un óvulo fecundado fuera de la cavidad uterina y el feto comienza a desarrollarse. Un caso muy parecido a un embarazo ectópico. Según el portal médico de Reproducción Asistida, el embrión comienza a desarrollarse a las 12 semanas, momento en el que deja de ser viable y muere.
El cuerpo, en lugar de absorber o expulsar al feto, comienza a calcificarlo. Durante este proceso, el calcio comienza a deshidratar los tejidos, formando un fenómeno llamado cálculos. Esto puede ocurrir sin ningún síntoma evidente y sólo las pruebas de imagen pueden revelar su existencia.
Sin embargo, al no presentar síntomas, puede permanecer en el cuerpo por mucho tiempo, como le ocurrió a esta mujer de 81 años en Brasil. Aunque este fenómeno pueda parecer un mito, existen muchos casos registrados de esta extraña consecuencia. Diversas encuestas reflejan especialmente esta situación en las mujeres mayores.
Además, se descubrió que esta calcificación puede desarrollarse en tres tipos, según indican en el portal de fertilidad e incluyen: En general, la muerte fetal puede detectarse a tiempo o no. Los avances médicos facilitan la eliminación de estas afecciones para que no se produzcan casos inusuales como la enfermedad de cálculos biliares. Aunque un feto calcificado puede no presentar síntomas durante muchos años, como se mencionó, a veces la causa puede ser un dolor abdominal intenso.
Los expertos en ginecología y obstetricia recomiendan controles de salud periódicos y periódicos durante el embarazo, así como en otras etapas de la vida de la mujer, como parte del cuidado de la salud reproductiva. Estas pruebas son fundamentales para monitorear el desarrollo fetal, detectar posibles complicaciones tempranas y brindar el apoyo necesario para garantizar un embarazo saludable y un parto seguro, así como resolver los casos de aborto espontáneo que puedan ocurrir.